La caída de las cuatro torres

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La caída de las cuatro torres

por MIGUEL CANALES el 22 febrero, 2014 • 22:07

1.- Anoeta volvió a convertirse en plaza hostil para un Barça al que lo que menos debe preocupar es la derrota en sí. Lo problemático es la imagen mostrada, por momentos vimos a un equipo completamente desnudado por una Real que aprovechó todas las carencias culés y sin capacidad de reacción tras un 3-1 que hacía justicia a los méritos mostrados. Porque si preocupante es la imagen dada en el comienzo de la segunda parte, más aún lo es la sensación de haber entregado la cuchara y no tener respuesta ante el vendaval rival.

2.- Gerardo Martino sabe que el nivel de exigencia es máximo y que cualquier error penaliza demasiado en una competición donde los tropiezos son excepciones. De ahí que estemos viendo al técnico del Barça optar por planteamientos donde priman las variantes conservadoras sobre las valientes en los partidos en los que actúa de visitante ante rivales complicados. Tras Manchester, San Sebastían no fue la excepción, y la alineación inicial presentada por el equipo culé iba más encaminada a minimizar virtudes del contrario que potenciar las propias. Pero las ideas del Tata no resultaron adecuados ante la respuesta preparada por Arrasate en el cuadro txuri-urdin.

3.- Sorprendió la presencia de las cuatro torres y más aún su posicionamiento. Song arrancó el partido como mediocentro, aunque llevando a cabo funciones de tercer central en muchos momentos, mientras que Busquets tomaba la función de interior derecho. La idea básica era clara: protegerse del juego directo de la Real Sociedad ante el potencial lanzador de Claudio Bravo –formando Bartra pareja de centrales con Piqué– y ganar con Sergio en el sitio de Xavi capacidad para el robo adelantado, toda vez que el cuatro culé nos deje en demasiadas ocasiones actuaciones excesivamente desbocadas en el achique de espacios sin preocuparse por su espalda. Sin embargo, la teoría sucumbió totalmente en la práctica y el Barça sufrió excesivamente el juego directo de la Real y no consiguió demasiado robo. Al final el resultado fue quedarse en tierra de nadie.

4.- Arrasate también planteó una estrategia adaptada al Barça. Optó por buscar un rombo central en mediocampo, con ausencia de un nueve puro, de forma que dos triángulos definían su planteamiento. El primero, formado por los zurdos Vela y Griezman en punta y con Canales en la mediapunta, tenía la misión de neutralizar la salida central del Barça, obligándole a iniciar el juego por los carriles exteriores. El segundo, formado por Markel, Elustondo y Zurutuza, se debía encargar de anular al máximo las conexiones interiores y cerrar los pases que tuvieran a Messi como receptor.

5.- Ante este panorama estratégico fue superior la Real en los primeros cuarentaicinco minutos, consiguiendo lo que pretendía salvo en una ocasión. La mala suerte para los donostiarras es que en ese único momento en el que el partido tomó un guion diferente al planteado, la pelota le cayó a Messi. Y cuando el balón le cae a Leo en posiciones centrales con la posibilidad de encarar portería contraria, la resolución es conocida por todos.

6.- La ventaja táctica que poseía Martino era el movimiento lateral al que estaban obligados los mediocentros realistas, y ahí el triángulo de banda izquierda formado por Adriano, Iniesta y Neymar tenía todas las de ganar por complementariedad y cambio de funciones que pueden realizar los tres. Sin embargo, la producción de este trío llamado a dominar el encuentro fue solo amenazante y escasamente productiva. Para colmo, a Martino le fallaron sus cuatro torres nuevamente a balón parado cuando la Real ya había conseguido dar un paso claro al frente en el partido y conseguía ponerse por delante, en el enésimo descalabro defensivo a balón parado del Barça.

7.- La segunda parte comenzó con un equipo culé más pausado y buscando una posesión de carácter más defensiva. La Real esperaba agazapada para terminar por desangrar a los de Martino con sus zarpazos a la contra y el juego directo. Cada disputa aérea era ganado por un realista, con la consiguiente segunda jugada llevada por un compañero local. El Barcelona cerraba mal atrás de forma escandalosa y se llevó dos goles a raíz de la verticalidad y agresividad del tridente ofensivo local, con un Vela dominante por completo ante Piqué y Bartra. Griezmann machacó en las conducciones tras las prolongaciones y la línea defensiva blaugrana quedó reducida a la mínima expresión.

8.- Tras los dos golpes mortales de la Real a la línea de flotación barcelonista vino quizás algo igual de problemático que la momentánea y merecida derrota. El Barça no tuvo capacidad de reacción en los últimos treinta minutos y volvió a verse incluso caricaturizado defensivamente en las salidas al contragolpe de la Real, en especial tras córneres lanzados a la portería de Claudio Bravo.

9.- La Real ha dejado patente que ha vuelto al nivel que nos acostumbró la temporada pasada; nuevamente es un equipo fino en lo físico y agresivo tanto en ataque como en defensa. La presencia de Canales le puede dar un toque de incertidumbre y pausa ante tanto galgo corredor. Y Arrasate ha demostrado que conocía los múltiples problemas barcelonistas. En el banquillo realista hay estratega.

10.- Tras este encuentro, a Martino se le ha caído la careta que tapaba muchas de las incertidumbres y déficits de su equipo. La visita a Anoeta ha dejado bien a las claras los problemas defensivos ante el juego directo y el balón parado, la deficiente transición defensiva que muestra el conjunto, la cada vez más escasa capacidad para robar en campo rival, los problemas ante equipos que son capaces de cerrar el juego interior y aislar a Messi del mismo, el escaso bagaje que saca el entrenador culé de unos laterales que no son punzantes en ataque y que no ayudan en el juego directo a sus centrales –estando casi siempre en tierra de nadie y siendo en muchas ocasiones solo utilizados como piezas para ayudar en la circulación–, la poca productividad que tiene el equipo a día de hoy en el juego de bandas cuando el rival cierra bien las zonas interiores y los problemas que genera la ausencia de Xavi en el inicio del juego y la gestión de los cambios de orientación cuando el contrario tapa bien la salida y la progresión del juego en los carriles interiores.

y 11.- Le queda trabajo al entrenador del Barça para resolver tantas situaciones y para cerrar todas las vías de agua que la Real ha abierto. Todas ellas estaban ahí, solo que estaban tapadas para pasar el mayor tiempo inadvertidas. Pero tras este encuentro los parches se han caído. Toca cerrarlos de manera real.