Perarnau Magazine

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Nápoles se viste de fiesta

por ALBERTO LOPEZ FRAU el 19 septiembre, 2013 • 11:35

El Napoli venció al Borussia Dortmund en su estreno en la Liga de Campeones por 2-1, firmando un partido tácticamente casi perfecto. El equipo napolitano desactivó todos los mecanismos clave en el juego de los alemanes.

Benítez formó con su sistema clásico, 4-2-3-1, y el once que podríamos considerar titular para los partidos decisivos hasta el momento, teniendo en cuenta que el técnico madrileño es un convencido de las rotaciones.

Inler y Behrami fueron los encargados de formar el pasillo de seguridad en la zona ancha; Callejón, Hamsik e Insigne por delante y un extraordinario Gonzalo Higuaín arriba. El argentino estuvo a un nivel bárbaro, atento a todos los balones que podía pelear, tirando desmarques constantes y jugando con un nivel de intensidad elevadísimo.

Enfrente, un Dortmund que formó con un once de plenas garantías, con el 4-2-3-1 habitual de Klöpp y con Piszczek y Gündogan como bajas más significativas. Ayer se notó especialmente la de Piszczek. Su sustituto está siendo Kevin Grosskreutz, un jugador zurdo de zancada poderosa y un hábito de trabajo magnífico, pero que tuvo delante el dúo Zúñiga-Insigne, que le hizo sufrir muchísimo.

OMNIPRESENTE HIGUAÍN

A la media hora de juego se adelantó el Napoli por medio de Higuaín, que ganó la acción a la defensa marcando de cabeza. La jugada vino precedida de un córner dudoso a favor de los locales que hizo volverse loco a Klöpp en sus protestas, una vez consumado el tanto, y hasta que fue expulsado. El partido se le ponía de cara al Napoli para controlarlo con la tranquilidad de ir por delante en el marcador.

En los minutos posteriores al gol, el Borussia aumentó su actividad ofensiva forzando faltas laterales por medio de Kuba Blaszczykowski y Marco Reus. Pepe Reina estuvo muy seguro en todos los balones aéreos. Los alemanes no encontraban fluidez en su juego, el Napoli taponaba todas las vías por las que podía salir agua y mantenía a Higuaín ojo avizor para castigar cualquier indecisión visitante.

Antes del descanso se produjo una traca final que contribuyó decisivamente al resultado definitivo del encuentro. Hummels se lesionó y Klöpp dio entrada a Aubameyang en su lugar, colocando a Sven Bender junto a Subotic en el centro de la zaga.

Un balón largo al espacio lo persiguió Higuaín como alma que lleva el diablo. Sven Bender es un jugador lento y el Pipa se le hizo inalcanzable en la persecución; Weidenfeller tocó el balón con la mano fuera del área en su intento por evitar que Higuaín alcanzase el balón, y tarjeta roja para el guardameta.

Tras la continuación, el escenario fue muy favorable para el Napoli. Controló el balón y el partido con uno más, el ritmo fue lento pero suficiente para neutralizar cualquier intento de un Dortmund, que terminó abusando del juego individual con un Reus extrañamente atolondrado y un Mkhitaryan que sufre mucho si tiene que elaborar y no puede llegar. Terminó sustituido por Hofmann.

INFERIORIDAD ALEMANA EN EL CENTRO DEL CAMPO

Las parejas Maggio-Callejón, por la derecha, y Zúñiga-Insigne, por la izquierda, equilibraban constantemente los ataques, posicionaban al Napoli en campo contrario y ofrecían soluciones a cualquier altura para Inler y Behrami. Nuri Sahin se veía desbordado para imponerse al juego local. El Napoli no ejercía un dominio avasallador, pero sí constante.

El partido transcurría en estos términos cuando Insigne se disfrazó de Maradona en versión diestra para colocar una falta en la escuadra izquierda de Langerak, que en su intento por sacar un balón imposible se dio un golpe tremendo con el palo de la portería.

Benítez fue dando aire a su equipo. Primero el belga Dries Mertens entró por el pequeño diablo Insigne. Más tarde el comodín Pandev dio un justo descanso el Pipa Higuaín. El delantero macedonio es un futbolista muy interesante para la rotación de Benítez. Puede jugar en cualquiera de las tres posiciones de la línea de tres por delante de los mediocentros y arriba con Hamsik por detrás, como lo hizo ayer en trece minutos que disputó.

En los minutos finales se ajustó el marcador fruto del orgullo que demostró el Dortmund, pero nunca fruto de una mejoría en el juego. Sólo Lewandowski durante todo el partido supuso una amenaza directa para la zaga local. Un despeje imprudente de Zúñiga con la espuela concluyó en un gol en propia puerta. Instantes después, Pepe Reina le hizo un paradón a Marco Reus en una falta por encima de la barrera que ya se colaba. No hubiera sido justo el empate. El Nápoles fue mejor contra once y contra diez. Con esta victoria comienza de la mejor forma posible la Liga de Campeones en un grupo en el que las victorias en casa son de obligado cumplimiento.

* Alberto López Frau es periodista.

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– Foto: AP

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