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"Entonces marcábamos goles, pero no nos daban trofeos por hacerlo". Telmo Zarra


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El 1×1 del Real Madrid en la temporada 2013/2014

por el 2 junio, 2014 • 15:16

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  • Diego López. 37 partidos (36 titular). De más a menos. Comenzó como terminó la temporada anterior, con un aire de superioridad espectacular. Además, coincidió con el tramo de temporada en la que al Madrid le generaban ocasiones con facilidad. Ahí Diego sostuvo al equipo y sumó varios puntos gracias a sus intervenciones. Con el paso de los meses fue perdiendo confianza, dejó de ser decisivo al ser el equipo mucho más sólido y tuvo un rendimiento mediocre los últimos meses. Con escasos fallos, pero dejó de parar lo que solo paran los mejores.
  • Casillas. 24 partidos (24 titular). Ha sabido adaptarse al rol que le otorgó Ancelotti como portero para las copas. Inicio dubitativo y varios partidos con muy poca exigencia. Llegados los días clave, cruce de sensaciones, con buenos papeles en Champions y Copa del Rey, pero con un fallo grave en la final que bien podía haber costado perder la Décima. La conclusión es que su rendimiento es parecido al de antes de su lesión: buenos reflejos, muy buen uno contra uno, limitado con los pies y con problemas en el juego aéreo.
  • Sergio Ramos. 51 partidos (51 titular). Ya tiene su hueco en la historia merengue con ese gol en el minuto 93 que igualaba la final, aparte de esos otros dos testarazos en Múnich que aseguraban el pase. Pero en la temporada no todo ha sido tan bonito como en el último mes. Su primera mitad de curso fue mala, se le veía despistado, con fallos impropios de su nivel y con exceso de confianza en muchos momentos. Él mismo lo reconoció, y es de suponer que se propuso darle la vuelta a la situación, ya que en enero comenzó a ser el de los últimos años. Un central seguro, contundente tanto por alto y al corte, enorme defendiendo lejos de su área y portento dentro de la misma cuando era necesario. Ramos siempre hablaba de esa espinita que tenía clavada con la Champions por no haberla ganado nunca o por el penalti ante el Bayern. Ya no hay espina.
  • Pepe. 48 partidos (47 titular). Después de que un niño de veinte años le pasara por encima el año pasado, Mourinho dixit, parecía complicado que volviera a su máximo nivel. Por una parte estaban su lesión y su edad, que generaban alguna incertidumbre, y por otra la presencia de Varane, que podría haberle relegado al banquillo de no ser porque estuvo renqueante más tiempo del debido. Se mantuvo firme en los malos momentos del equipo y de su pareja en la zaga, siendo el líder de la defensa y apagando muchos fuegos. Él, junto a Diego López, sostuvo al Madrid en ese tramo complicado en cuanto a juego y solidez defensiva. A final de temporada consiguió ser un gran central en área propia, faceta que anteriormente no dominaba.
  • Varane. 23 partidos (17 titular). La lesión de rodilla que arrastraba desde la temporada anterior imposibilitó que disputara la titularidad en igualdad de condiciones. Jugó poco hasta febrero, y por lo visto, con dolor, que se traducía en su juego al no estar tan rápido y ágil como nos tenía acostumbrados. Superado esto, sí dio señas de que el mejor Varane había vuelto, aunque con la pareja titular ya consolidada no pudo ser importante más allá de algunos partidos de liga, hasta el día clave por antonomasia. Pocas situaciones mejores para comprobar la importancia de tener un gran tercer central que una final de Champions. Por supuesto, estuvo a la altura de la ocasión.
  • Nacho. 17 partidos (13 titular). Como ya se ha dicho un par de veces en esta sección, decir que es un cumplidor es quedarse corto. Ha jugado en las cuatro posiciones de la defensa y siempre bien. Prácticamente no se le recuerdan fallos. Sobrio, concentrado, limpio, derrochando esfuerzo en el lateral, ofreciéndose en las subidas y cerrando atrás como buen defensor. Jugador valiosísimo para esta plantilla con un papel que quizá considere pequeño si vienen a ofrecerle la titularidad en algún otro equipo.
  • Carvajal. 45 partidos (37 titular). Llegó como una alternativa más ofensiva a Arbeloa tras su aventura alemana, cubriendo un perfil inexistente en la plantilla. Efectivamente, tiene mayor llegada a la línea de fondo, más habilidad con el balón para combinar en corto y centrar, lo que da una mejor salida al equipo por la derecha. Sin embargo, sus problemas defensivos le perjudicaban. Le cogían la espalda con facilidad, no cerraba bien su palo y ofrecía a los rivales más opciones en ataque. Fue mejorando progresivamente, al ritmo que lo hacía el equipo, hasta que llegó el 3-4 del Barcelona en el Bernabéu. Sufrió y fue muy criticado, pero fue su punto de inflexión particular. A partir de ahí mostró una concentración y una intensidad defensivas de categoría, sacó de quicio a Ribéry tanto en la ida como en la vuelta de las semifinales de Champions y compensó sus errores frente al Barcelona en la final de Copa del Rey. Sin que suene a tópico, el Madrid tiene un lateral para diez años.
  • Arbeloa. 30 partidos (26 titular). Por primera vez en varios años tenía un competidor real en su posición, situación que afrontaba tras un mal final de temporada. Si sus carencias ofensivas siempre habían sido criticadas, este año la comparación directa con Carvajal podía hacer que se exacerbaran. Tras un inicio irregular de campaña supo asentarse y hacer valer su solidez defensiva y su utilidad en según qué partidos. La lesión en el tramo final le impidió disputar los partidos importantes y a nosotros saber por quién habría optado Ancelotti. Lo que está claro es que el lateral derecho del Madrid está más que bien cubierto.
  • Marcelo. 37 partidos (32 titular). Durante gran parte del año no tuvo competencia, se sabía titular indiscutible y era una pieza clave en el aspecto ofensivo de los inicios del equipo de Ancelotti. En eso, en crear ventajas desde el lateral, quizá sea el número uno. Precisamente por eso debería pararse a pensar por qué, una vez más, ha sido suplente en todos los partidos importantes de final de temporada. Genial arriba y despistado abajo. Con la reintegración de Coentrao en el equipo tendrá un nuevo reto (el mismo de siempre, en realidad): ser titular frente a rivales importantes.

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  • Coentrao. 19 partidos (18 titular). Sabemos que en agosto se quería marchar del club y, sin embargo, acaba de renovar su contrato. Es un resumen perfecto a lo que le ha pasado esta temporada. Empezó desconectado por completo, con muy pocos minutos y mal aprovechados. Le llegó la oportunidad con una lesión de Marcelo que le permitió ser titular en la ida y la vuelta frente al Borussia Dortmund, y a partir de ahí por méritos propios ante el Bayern y en la final. Un gran defensor en todos los aspectos y un plus competitivo para muchos partidos y para una plantilla que puede manejar cualquier registro gracias a, por ejemplo, tener a Marcelo y Coentrao.
  • Xabi Alonso. 42 partidos (36 titular). Ha demostrado que es el jefe de este Madrid. En los meses en los que faltó, el equipo no era capaz de conectar bien sus líneas ni de hacer una transición defensiva correcta. Cuando volvió, cambió el guion y las cosas comenzaron a rodar. Como novedad para él, ha sido único mediocentro en un 4-3-3 con dos interiores, rol que con Mourinho se dio más bien poco. Tenía más responsabilidad, abarcaba mayor espacio y quizá podía demostrar con mayor claridad su rigor táctico, aunque en ocasiones le dejaban demasiado descubierto. Donde vimos al gran Xabi fue realmente en ese 4-4-2 con Luka Modric como compañero. Sin balón dominaron al Barça y al Bayern, y con él eran los primeros en hacer volar a sus atacantes. Xabi sabe lo que necesita el equipo en cada momento, con él siempre hay alguien sosteniendo la estructura tanto en defensa como en ataque. En el apartado físico, quizá lo que más le preocupa a sus 32 años, se le ha visto justito cuando la acumulación de partidos era máxima, pero capaz en momentos de máxima exigencia. Le queda mucha guerra por dar.
  • Illarramendi. 49 partidos (27 titular). Costó mucho dinero y vino para sustituir y acompañar a un Alonso que va cumpliendo años. Ha jugado más como interior que como mediocentro, lo que quizá haya sido un pequeño lastre para él, ya que su verdadera posición es la que ocupa su paisano guipuzcoano. De todas formas, mostró un rendimiento notable en sus muchas apariciones a lo largo de toda la temporada, mostrando criterio con balón y sin él, dotado técnica, táctica y físicamente para ser un centrocampista completo. Hasta el día que naufragó en Dortmund. Ahí todas sus virtudes se vieron superadas por una especie de miedo escénico que le hundió para el resto del curso y que ojalá Ancelotti sepa reconducir para ver a ese gran jugador la temporada que viene.
  • Modric. 51 partidos (45 titular). El juego desplegado por Luka Modric ha sido uno de los acontecimientos futbolísticos del año en Europa. Regular y constante durante los nueve meses de competición, postulándose como uno de los mejores centrocampistas para los próximos años. Con el balón en los pies es un seguro de vida, apenas lo pierde, maneja todos los recursos para protegerlo, ya sea con conducción, utilizando su cuerpo o dando pases de seguridad o incluso que generen ventajas. Su capacidad para batir líneas o abrir el campo da aire al equipo en cualquier contexto, ya sea transición ofensiva o ataque estático. Eléctrico y a la vez calmado, sabe tomar la decisión correcta prácticamente siempre, virtud que tiene un valor capital en un jugador que toma tantas y tantas decisiones a lo largo de noventa minutos. Pero donde quizá ha sorprendido más Modric ha sido en su concentración y rigor táctico en la fase defensiva. Junto a Xabi ha conseguido que no se echara de menos a un jugador táctico y recuperador como a Khedira, dando verdaderas exhibiciones frente al Bayern Múnich, por ejemplo. Un lujo para la vista de cualquier futbolero y, por supuesto, para su club, que se ha encontrado con un diamante en su plantilla.
  • Di María. 52 partidos (43 titular). Se quedó para luchar por un puesto, vio que con Cristiano y Bale no tenía mucho que hacer y probablemente llegó a rendirse cuando vio que Jesé le adelantaba en la carrera por la titularidad y los minutos. Nunca lo sabremos realmente, ya que la lesión de Khedira y una fantástica gestión de Ancelotti hicieron que ocupara la posición de interior, ganara la titularidad frente a Illarramendi e Isco y formara el centro del campo de gala junto a Xabi y Modric. Pese a tener defectos tácticos propios de un extremo que juega fuera de posición, su exhibición en el esfuerzo para presionar y correr hacia atrás le convertían en un buen interior de ida y vuelta. Y en ataque es el agitador perfecto para romper defensas cerradas o uno de los velocistas en caso de salir al contragolpe. Permitió que las bajas de Cristiano y Bale no mermaran al equipo al ocupar el carril derecho en el 4-4-2 que el entrenador italiano escogió para las grandes citas. Culminó la temporada con el MVP de la final de la Champions en un partido fantástico en el que hizo todo lo que sus compañeros no pudieron para romper el entramado defensivo del rival.
  • Isco. 53 partidos (35 titular). Primero enamoró al madridismo con un primer mes fantástico y luego se fue diluyendo con los problemas del equipo. No parecía capaz de rendir como interior ni funcionaba en la banda en el 4-4-2. Las aptitudes las tenía, pero le faltaba algo, quizá físico, quizá confianza, o un equipo más ordenado que le acompañara. Ni siquiera en un fugaz intento de 4-2-3-1 jugando en la mediapunta, su teórica posición ideal, consiguió dar el máximo. Pasó a ser un buen suplente, llegó a jugar como falso nueve y por fin le llegó su momento, como a cualquier futbolista de su talla. Los que tienen alma de estrella lucen mejor en las grandes citas, y así fue como Isco se ganó la confianza de su técnico. Lo prefirió antes que a Illarramendi contra el Borussia Dortmund en el Bernabéu y cuajó un gran partido. Y en la vuelta fue él quien demostró temple y madurez para calmar al equipo en territorio hostil. Titular en la final de Copa del Rey y frente al Bayern mostrando compromiso defensivo y con un papel trascendental en Lisboa. En definitiva, jugador enorme pese a su edad, con talento de sobra para ser titular, en continuo aprendizaje para ser un gran interior y con una gran personalidad. Presente y futuro a sus 22 años.
  • Khedira. 18 partidos (17 titular). Temporada casi en blanco para él tras esa rotura del ligamento cruzado anterior que sufrió con la selección Alemania. Mostró que en el 4-3-3 podía soltarse en ataque y seguir sosteniendo al equipo, y que tiene toda la confianza de su entrenador.
  • Casemiro. 25 partidos (4 titular). Su pretemporada hacía pensar que su participación sería algo mayor, más aún tras la lesión de Khedira. Pero no fue así. Fue clave en Dortmund, donde puso el físico y la calma que el equipo había perdido. Sería lógica una cesión la próxima temporada.

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  • Cristiano Ronaldo. 47 partidos (47 titular). Jugador franquicia del Real Madrid. En una temporada algo atípica por las lesiones y los encuentros que se ha perdido, ha mantenido su cuota goleadora por encima de un gol por partido. Pichichi, Bota de Oro y máximo goleador de la Champions League batiendo todos los récords. En lo referente al juego, quizá este año haya sido en el que más alejado de la banda ha jugado, buscando más la zona de remate dentro del área aprovechando los espacios y el juego por el otro carril. En algunos tramos de la temporada ha podido echar de menos la figura del mediapunta que le nutría de asistencias, pero en cuanto el nuevo sistema ha funcionado como debía, hemos visto a Cristiano rendir al máximo. Su final de temporada ha sido extraño por sus problemas físicos, pero el balance del año es, una vez más, sobresaliente.
  • Bale. 44 partidos (36 titular). Llegó a última hora y sin pretemporada, y los primeros meses fueron complicados por su forma física, el mal juego del equipo y la presión personal por el precio pagado por él. A partir de ahí las piezas empezaron a encajar y la BBC comenzó a ser un hecho. En algunos partidos desconectaba demasiado del juego, aunque siempre tenía su par de jugadas, sus asistencias y sus goles. También su progresión tiene que ver con la adaptación al carril derecho, su lugar natural en este equipo al estar Cristiano, pero ciertamente nuevo para él. No tiene problemas para centrar con su pierna derecha y genera en la defensa rival la duda de si saldrá hacia dentro buscando el disparo o hacia fuera buscando la línea de fondo. Es un arma fundamental en este Real Madrid. En los partidos grandes se ha podido comprobar la categoría del galés, capaz de desbordar en ambos carriles, de comprometerse en defensa y de marcar las diferencias. Y todavía se espera de él bastante más en los años venideros.
  • Jesé. 31 partidos (12 titular). Tirar la puerta abajo. Hacía muchos años que un canterano blanco no irrumpía con tanta fuerza en el primer equipo. Regate, verticalidad, velocidad, potencia y gol. Todos los atributos para triunfar en este Madrid. Se le adivina esa chispa que hace especiales a algunos jóvenes. Fue una lástima su grave lesión, que le impidió terminar la temporada y tener opciones en los días clave. Quizá este tiempo de inactividad le ayude a madurar y ser más fuerte de cara a un futuro que, por lo menos por ahora, pinta blanco.
  • Benzema. 51 partidos (49 titular). Quizá su mejor temporada de blanco. Siendo el menos mediático, caro y probablemente el menos bueno en términos futbolísticos de la BBC, es vital para darle sentido. Lejos del área es capaz de comportarse como el clásico nueve grande, fuerte, que consigue aguantar balones de espaldas y dar salida a su equipo, sumándole a eso una capacidad a la hora de combinar propia de los mejores mediapuntas. Más cerca de la portería rival genera espacios con sus continuos movimientos y marca más goles de los que le corresponderían por fama. Además, teniendo un jugador como Cristiano, y con la reciente incorporación de Bale, se entiende que la responsabilidad goleadora está más que repartida en el ataque madridista. Puede haber delanteros mejores que él, pero seguramente ninguno tan especial.
  • Morata. 34 partidos (6 titular). Con la BBC por delante, además de Isco, Jesé o Di María, que son los jugadores que han ocupado posiciones de ataque, no lo tenía fácil para acumular minutos. Aun así, casi siempre que salía conseguía dejar cosas interesantes con buenos desmarques, movimientos, presión y actitud. Y un buen promedio goleador. Tiene condiciones, y quizá lo mejor para su progresión sería buscar una cesión.

* Juan Zubiría. Sitio web: desdelazonamixta.wordpress.com


– Fotos: EFE – Reuters




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