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Entrevistas / Fútbol

Raúl Caballero: “A fútbol se juega con un balón que hay que saber cuidar”

por el 5 agosto, 2015 • 21:58

Futbolista criado entre el Club Deportivo Viviendas Congreso y la Damm, acabó formándose en La Masia y continúa con su carrera deportiva, al igual que Xavi Hernández, en su caso por los campos de la Regional Preferente de la provincia de Castellón. Raúl Caballero Cabrera (3-12-1978) formó parte de una promoción histórica del Barça en la que se juntaron nombres como, además de él mismo y Xavi Hernández, Antonio Hidalgo, Puyol, Gabri, Marc Bernaus, Mario Rosas, Felip, Luis García o Arnau, por citar solo a algunos. Con la misma pasión e ilusión que cuando debutó en segunda con el filial culé, sigue dando patadas al balón en el C. D. San Pedro. Antes pasó por equipos de todas las categorías posibles: el Club Deportivo Viviendas Congreso, donde se inició, la Damm (desde benjamín a juvenil); Barça juvenil; Barça B (Segunda B y segunda división ); Villarreal C. F. (segunda y primera); Onda (Tercera División, en su etapa de filial del club amarillo), Elche (segunda), y Lleida (Segunda B), cedido por el Submarino Amarillo en estas tres etapas; Gramenet (Segunda B); Girona (Segunda B); Badalona (Segunda B); Alicante (Segunda B); Talavera (Segunda B); L’Hospitalet (Segunda B); de nuevo Onda (Preferente). Sufrió una grave lesión en el tendón de Aquiles que le mantuvo un año en el dique seco. Luego volvió a calzarse las botas para jugar en el Borriol (Preferente y ascenso a Tercera) desde el 2010 al 2014 y en unos meses arrancará su segunda campaña con el San Pedro.

Pregunta.- ¿Por qué empezó a jugar a fútbol?

Respuesta.- Tengo un hermano que ya se dedicaba a jugar a este deporte, mi padre era  su entrenador  y empecé a practicarlo porque es la pasión que tengo y de ahí mi dedicación a él.

P.- Se inició en uno de los mejores y más conocidos clubes de fútbol base español: la Damm.

R.- Bueno, en realidad, mis primeros pasos como futbolista fueron en el Club Deportivo Viviendas Congreso, un equipo de Barcelona. Lo que pasa es que en aquella época mi hermano jugaba conmigo allí y lo quería fichar la Damm. Mi familia puso la condición de que si se marchaba él, nos fuéramos juntos, cuando teníamos 6 o 7 años, siendo benjamines. Pasamos a la Damm y estuvimos diez años, hasta mi primer año como juvenil  (16 o 17 años), pues siendo cadete en el club cervecero ya jugaba con el equipo superior a mi edad. Firmé con el Barça con la temporada ya comenzada, en Semana Santa, para jugar un torneo amistoso en San Sebastián, acabé la campaña con la Damm y regresé al equipo azulgrana para disputar la final de Copa juvenil. Esta competición, que en la presente campaña  ganó el Rayo en Ceuta, la jugamos ante el Real Madrid en la Romareda –el equipo merengue estaba integrado entre otros por Meca, Calleja, Mista, Rojas, Valcarce…– y el entrenador culé era Juan Martínez Vilaseca. En nuestro equipo estaban futbolistas como Gerard López, Puyol, Ismael, Juanjo Carricondo, Antonio Hidalgo, Felip Ortiz, Marc Bernabeus y Luis García, entre otros. Nos quedamos una parte de aquel equipo en el juvenil y nos unimos a la generación que venía de cadetes, la de Xavi y Mario Rosas,  mientras que el gran núcleo de los campeones de Copa pasaron al entonces existente Barça C (los nacidos en el año 1977) y Gerard, directamente, al Barça B con Juande Ramos, pese a ser más joven. Martínez Vilaseca pasó a los despachos y aquel juvenil lo pasó a entrenar Joan Vilà que, con el paso de los años tengo que reconocer  que ha sido con el que más he aprendido de fútbol, de cómo se juega, el que más me enseñó… No sabe la barbaridad de conocimientos que tiene, es algo increíble.

P.- En relación a Joan Vilà, en una reciente entrevista en TV3, con motivo del adiós de Xavi al Barça, explicaron que en su primer informe sobre el centrocampista de Terrassa, cuando fue a captarlo para el club, simplemente escribió una palabra: crack.

R.- Vilà condujo la carrera de Xavi desde alevines y junto a Mario Rosas siempre subían dos categorías por encima, pues se los llevaba siempre y con nosotros pasaron al juvenil A siendo más pequeños que el gran núcleo que formaba la plantilla con la que iniciamos la campaña, unos meses después de ganar esa Copa del Rey en Zaragoza.  Jugar y entrenar con él era exagerado, un espectáculo, pues pese a ser más joven y pequeñito de 100 balones te perdía solo dos, como mucho. Marcaba el ritmo del equipo y quitarle el esférico era imposible.  Entre él y Mario Rosas, en juveniles, verles en una simple pachanga ya era un show.

P.- Sin embargo, Xavi siempre ha declarado que el bueno era Mario Rosas y no él.

R.- Es que Mario Rosas, en juveniles, salvando un poco las distancias, era el Leo Messi de hoy en día. Cuando tenía ganas de jugar, con las dos piernas, tirando caños, lanzamientos, pases… era un espectáculo. Y Joan Vilà lo sabía llevar porque era un hombre recto, lo conocía muy bien… Como comentaba antes es una persona que, tal vez, en toda la cantera del Barça no exista a día de hoy alguien que sepa tanto de fútbol como él.

P.- Viendo cómo se han desarrollado las últimas temporadas en la gestión del fútbol formativo del F. C. Barcelona, especialmente el último año, ¿tal vez se echa de menos la presencia en La Masia de gente, por lo que me está explicando, como Martínez Vilaseca o Vilà?

R.- Para mí en esa época Vilaseca, pese a que como ya he comentado tras ganar la Copa pasa a los despachos de la secretaría técnica del primer equipo, Vilà y Albert Benaiges pueden ser gente clave en la formación de la cantera, de lo que es el Barça actual. También es cierto que tras la llegada de Rosell es normal que llegara gente nueva e igual de valida como Amor, que ahora tampoco está, pero él también salió de La Masía, sabía lo que significa, la formación… pero esas personas, hablando de mi época inicial formativa, son claves pues podías pensar, en el caso de Vilà, “qué pesado es”, sin embargo luego reflexionando te dabas cuenta de “cuánto sabe”.

P.- Es decir, que con la perspectiva que dan los años, se da uno cuenta del valor del conocimiento que sabía transmitir al jugador joven gente como Martínez Vilaseca, Vilà o Benaiges.

R.- Sin duda, porque si luego ponías en práctica lo que ellos decían te dabas cuenta que era cierto, que se jugaba tan fácil como te enseñaban, y conceptos como el hombre libre, jugar con un tercer hombre, la posición del cuerpo en el campo… Había momentos en que cerrabas los ojos y sabíamos que teníamos que hacer, pues estábamos solos. Vilà te decía dónde te tenías que situar en el campo, qué hacer en cada instante y siempre el futbolista estaba solo. En el campo de arriba de la antigua Masía, cuando venía el equipo de la liga que era tercero, por aquella época la Damm, les ganábamos fácil (7-0) pese a ser uno de los conjuntos más competitivos y complicados de superar. Parecía que hacíamos sencillo lo que no lo era. ¿Cómo podía ser? Aquella campaña en la Copa del Rey nos tocó en primera ronda Las Palmas (Guayre, Jorge Larena) y les superamos con claridad (ida y vuelta), pese a saber que era un equipazo líder de su grupo, más de cien goles a favor. El año anterior la jugamos en el Mini, pero con Vilà desde un principio en el campo de césped artificial de La Masia. El global fue muy contundente (14-1 y 1-5) ante un equipazo; nos pellizcábamos. En segunda ronda nos tocó el Sporting, 0-0 en Mareo y luego pasamos al ganar en casa 3-1; lo mismo en la tercera ronda y la final la perdimos contra el Sevilla de Marchena, José Mari, Cañas, Campano… (2-1)

P.- Y tras la estancia en ese juvenil, el salto al casi ya fútbol profesional al subir gran parte de ese excelente grupo de jugadores al Barcelona B.

R.- Así fue. Realmente pasamos directamente Xavi, Mario, Gabri, Luis García y yo; el B estaba en Segunda B y al mismo tiempo que nosotros otros jugadores pasaron del C al primer filial (Puyol, Miguel Ángel…). Con Josep Maria Gonzalvo quedamos campeones y con el antiguo sistema de ascenso en formato liguilla, quedamos primeros, en un grupo muy complicado con la Cultural Leonesa, Cádiz y el Real Madrid B de Mista, Cambiasso, Rivera… El sorteo deparó que en los dos últimos partidos jugáramos los dos filiales y por los resultados que se dieron nos disputamos una plaza ambos, pese a que el Cádiz también tenía un equipazo con Zárate, Zafra… Perdimos en El Carranza, ganamos en el Mini por la mínima; nos la jugaríamos con el filial merengue y les vencimos en casa 5-0 y 0-2 en el Bernabéu, en el famoso partido donde se montó una polémica porque Van Gaal (en su primera etapa como técnico) celebró los goles en el palco y el presidente blanco de entonces, Lorenzo Sanz, se enfadó por ese gesto.

P.- ¿Tuvo la oportunidad de entrenarse a las órdenes de Van Gaal?

R.- Sí, por supuesto. Los jueves realizábamos partidillos entre el primer equipo y el filial; incluso venía a nuestros entrenamientos para que la metodología que se implantara en nuestro equipo fuese la misma que la que él llevaba a cabo en su plantilla. También venía Serra Ferrer, que acababa de llegar como director técnico, pero su metodología era todo lo contraria a la que formaba el libro de ruta de Van Gaal.

P.- ¿Cree que la aportación de Van Gaal en su estancia como técnico azulgrana no ha sido justamente  ponderada?

R.- Sin duda. Aunque hay que matizar que Van Gaal es una persona muy expresiva, que si tiene que dar un grito a un jugador, lo hace, es un técnico muy exigente. Por ejemplo, leyendo una entrevista  a Xavi recuerdo una frase en la que él comentaba que Van Gaal, en ocasiones, te comentaba alguna instrucción u orden y parecía que te humillaba, pero en el fondo transmitía ideas, conceptos y conocimientos que aportaban mucho cara al fútbol profesional. Transmitía una forma de ser un tipo duro, pero en el fondo era muy didáctico.

P.- Por ejemplo, en el último mundial fue bastante intervencionista y sin tal vez la mejor selección de los Países Bajos de las últimas décadas completó más que un digno papel.

R.- Así es. Además, ganó en su primera etapa dos o tres ligas seguidas y eso no es nada fácil. El problema en el F. C. Barcelona es que trajo consigo muchos neerlandeses, algunos de indudable calidad como Kluivert, pero otros que no mejoraban a lo que había en casa, como Bogarde. Ahí se equivocó, pero en general, se valoró poco su aportación. Además, cuando subimos a Segunda y llega Koeman como ayudante de Van Gaal, entonces Serra Ferrer se desvinculó del día a día con el B y la metodología era más acorde a lo que era el primer equipo y el filial, es cuando más contacto hubo con el primer equipo, los partidillos todas las semanas… Su ayudante en aquella época, muchas veces venía para seguirnos e incluso Frank Hoeck realizaba entrenamientos específicos con los porteros (Hesp, Baía, Arnau y Felip) o con gente como  Pepe Reina, juvenil como Valdés, que por entonces tenía una mejor consideración que el propio Víctor dentro del club.

P.- Pero esa temporada fue complicada, pues apenas duró un año en la categoría de plata, por múltiples motivos. ¿A qué lo atribuye?

R.- Bueno, como bien apunta  fueron varias causas. Éramos una plantilla muy corta, tal vez, demasiado joven para una categoría tan exigente con equipos que, recién descendidos buscaban regresar a Primera (Sevilla, Rayo Vallecano, Numancia….), se quedó gente veterana que venía de larga inactividad por lesión (García Pimienta, Gonzalo) se fueron Ismael y Pepín, subieron a Haruna Babangida, ficharon a Rubio del Sevilla por consejo de Serra Ferrer… Se pecó de tener un equipo muy novato.

P.- Y el descenso, al ser ya un poco más veterano y no tener sitio en el primer equipo, supuso que abandonara el F. C. Barcelona y fichara por el Villarreal C. F.

R.- Bueno, no exactamente. Tenía contrato en vigor y mi llegada al Villarreal C. F. se retrasó un poco, pues a pesar de tenerlo todo cerrado con ellos, aún me entrené una semana con ese Barça B que siguió dirigiendo Gonzalvo y en el que estaban Miguel Ángel, que fichó por el Levante, Puyol, que estuvo a un paso de irse al Málaga si no es por Van Gaal solicitó que se quedara para pasar al primer equipo, y yo, que en las siguientes fechas me incorporé al Submarino Amarillo.

P.- En toda esta etapa formativa final en el F. C. Barcelona, por edad y relación personal, ¿quién era su mejor amigo?

R.- Sin duda Luis García. Nos conocíamos de cuando yo estaba en la Damm y él en el San Gabriel, nos habíamos enfrentado y llegamos juntos al juvenil y al Barça B. Como quién tenía carnet de conducir era Luis, siempre íbamos juntos a La Masía. Una vez en el club azulgrana hice muy buena amistad con Xavi, incluso fui alguna vez a su casa a dormir y viceversa, y con Mario Rosas, ya que coincidí con él desde los 15 años en la selección catalana y luego porque ambos vivimos por la zona de Castellón.

P.- ¿Y por qué la elección del Villlarreal?

R.- Porque cuando me dicen desde el F. C. Barcelona que “por edad y proyecto nuevo” si deseo una salida no va a haber ningún problema: si te quedas con nosotros, sin problemas. Entonces llegó la propuesta del Villarreal y me dije “me llama un equipo de Segunda, recién descendido” y veías la plantilla, el  proyecto que tenía en mente y relativamente cerca de casa, no dudé y acepté.

P.- Aunque deportiva y personalmente la experiencia no fue la deseada, al carecer de minutos de juego, ¿cómo recuerda esa etapa?

R.- Es que es lo que siempre suelo comentar: salir del F. C. Barcelona es complicado. Ahora si hay que hay muchos clubes que intentan hacer lo que hace el Barça, pero en aquella época era diferente. Y además, salí del Barça con una formación y una metodología y llegué al Submarino Amarillo con Caparrós, que teniendo su método e idea de juego totalmente válida – sus resultados y trayectoria ahí están-, era todo lo contrario que me habían enseñado. Para entenderlo, en el Barça jugar de extremo significaba que cuando atacabas, en ciertos momentos, cuando pasabas la línea de medio campo, te tenías que parar. Con Caparrós era distinto: a correr. Este proceso no solo me pasó a mí, también a Mario Rosas en el Alavés con Mané; quieras o no, cuesta y en ciertos equipos no hay la paciencia necesaria porque no llegan los resultados y los jugadores se ven afectados.

P.- No obstante, a Caparrós no le fue bien y le destituyeron, aunque su rol en la plantilla, en cuanto a disponibilidad de minutos, varió poco.

R.- Sí, en la jornada 7. Es que había un equipazo: se fichó a Xabi Gracia de la Real Sociedad, seguían gente de Primera como Craioveanu, Moisés, Alfaro, Gerardo, estaba Walter Gaitán, Xavi Roca, López Vallejo, Unanua, Jesús Galván, llegaron en invierno Berruet, Serban y Diego Cagna…

P.- El equipo asciende tras empatar 1-1 en El Madrigal ante Las Palmas, pero usted pasa a jugar desde diciembre con él, por entonces equipo vinculado-filial (que militaba en tercera), el Onda. ¿Se sintió decepcionado?

R.- Me comentaron que pasaría a jugar con el filial, pero que entrenaría toda la semana con el primer equipo. Si lo hacía bien, tendría alguna oportunidad de tener minutos. José Manuel Llaneza – por entonces Consejero Delegado del club y actualmente vicepresidente de la entidad amarilla- se reunió conmigo y me retó: “si marcas quince goles o más, seguro tendrás tu oportunidad”. Le respondí: “de acuerdo”. Anoté 19 y logramos el ascenso. Con el equipo ya en Primera y sabiendo que venía Víctor Muñoz pensé: “tal vez tenga mi oportunidad”. Sin embargo, el club quería fichar a Oriol Lozano, central del Lleida y el conjunto catalán deseaba que yo jugara con ellos cedido para que la operación se cerrara. Ahí el Villarreal accedió y tuve que aceptar el ir al club catalán.

P.- ¿Y luego?

R.- Una nueva cesión en el Elche, coincidiendo allí con Aitor Arregi, Tasevski…. Al finalizar este nuevo préstamo, me quedaba un año de contrato y rescindí con el Villarreal C. F., para volver a disfrutar del fútbol tras un año con problemas de cobro en el Lleida y otro donde no se logró el objetivo del ascenso a Primera con el Elche. Me incorporé a la Gramenet, de Segunda B, y allí me reencontré con el juego, volví a disfrutar; tuve de técnicos a Ferrán Manresa y Julià García, en las dos temporadas en las que  milité en el club colomense.

P.- Ha tenido casi tantos entrenadores como compañeros. ¿Es muy difícil elegir el mejor técnico que ha tenido?

R.- No, es muy fácil: Joan Vilà, sin duda alguna.

P.- Y tras la Gramenet, Girona, Badalona, Alicante, Talavera y L’Hospitalet para completar un largo ciclo en 2ª B.

R.- Pues sí. En Girona se creó un bonito proyecto que no cuajó con Jordi Roche como presidente: en una misma temporada tuve tres entrenadores (Abadía, Josep María Nogués y Domenech Planchard, actualmente asistente de Guardiola en el Bayern de Munich). Debo reconocer que otro de los técnicos que me mostró que sabía  mucho de fútbol fue el Tato, lo que sabe de fútbol, muy bueno. Julià García, tras haber estado con él en la Gramenet, fichó por el Badalona y aconsejó mi fichaje, lo que propició que no dudara en aceptar. Pese a ser una persona mayor, de la vieja escuela, dejaba al jugador cierta libertad, le comprendía y sabía llegar. Jugamos la promoción, como campeones, cambiando ya el formato de ascenso y nos eliminó el Linares. Después de dos años, me fichó el Alicante (ya desaparecido) en una época de bonanza económica con Álvaro Cervera de entrenador y Fernando Gómez Colomer de director deportivo. Nos eliminó el Racing de Ferrol y, precisamente, un año después el equipo fue cuando logró subir a Segunda División. En aquel equipo había gente muy válida, con experiencia y con calidad, como Unanua, Ricardo Cavas (ex Espanyol), Azkoitia (ex Alavés, Rayo, Elche), Pelegrín (hoy en el Alavés, ex Rayo y Elche). Después de un año, me marché a Talavera, siendo la primera experiencia fuera de la zona del Mediterráneo; lo pasé muy bien pues la afición se volcaba cada semana que jugábamos con el equipo. No jugamos la fase de ascenso por un gol. El entrenador aquella campaña debutaba (Santi Calvo) tras sacarse el carnet y la verdad, muy bien aquel año: lo recuerdo con mucho cariño por cómo se vivía el fútbol y sentirte querido. El primer año, en cuanto a cobro, sin problemas, pero empezaron algunos problemas que se concretaron en el segundo; en diciembre, viendo la situación, con mi mujer embarazada, me llegó una propuesta de l’Hospitalet y no lo dudé. Al tener una de las fichas más altas, si me iba, hacía un favor al club; llegamos a un pacto y volví a Barcelona. Allí coincidió en la etapa en que Miguel García era presidente y José Luis García, el técnico, tras sustituir al que había comenzado la temporada. Llegué, curiosidades del fútbol, para suplir la baja por lesión de Quique Cárcel. Era diestro y yo zurdo, aunque el técnico desconocía mis cualidades. Fue la situación más rocambolesca y extraña de mi etapa como jugador.

P.- ¿Y cómo vuelve a la provincia de Castellón?

R.- L’Hospitalet  descendió de Segunda B a Tercera; Julià García fichó y quería que me quedara, pero preferí dejar el club y, pese a seguir jugando al fútbol, que no fuera tan profesional. Además, mi familia era de la zona de aquí de Castellón y me llegó una oferta del Onda (ya desvinculado como filial del Villarreal, pero que lo era entonces del Benidorm): el fútbol empezaba a mostrar que la crisis también le había asaltado, así que pensé que para pasarlo mal, con impagos y demás, mejor estar en casa con mi familia, pese a que pudiera ganar menos. Sin embargo, los problemas de impago regresaron de manera más clara y acabé la temporada, aunque decidí no renovar. Ese verano, jugando al tenis con unos amigos, me rompí el tendón de Aquiles y me pasé un año en blanco. Volver me costó, pero conocía un par de jugadores en el Borriol (Roberto Tomás y Alberto Navarro), de secretario estaba técnico estaba Pedro Fernández Cuesta y de entrenador Tito García Sanjuán, hermano de Jesús, con quién coincidí en el Villarreal C. F. y sabiendo que Sergio García estaba a los mandos del club, había una garantía de cobro. Hice una prueba y me propusieron fichar. No lo dudé y, como estaba a gusto, cerca de casa, sin ninguna ambición más allá de disfrutar, pasé cinco años bastante buenos. Los disfruté mucho y más, tras superar la lesión: hasta los 36.

P.- Y llega su etapa en el C. D. San Pedro.

R.- Sí, pienso que tal vez sea la última. Estuve un año y no tenía intención de seguir, pero al verme bien y como concluí como máximo goleador me propusieron seguir y esta temporada, cumpliré 37 años y mi segunda campaña con el San Pedro. Tampoco veo que en la categoría haya una calidad suprema por lo que, tal vez, este sea mi último año: ya se verá, el tiempo dirá.

P.- ¿Ha pasado por casi todas categorías?

R.- De hecho, por todas, desde los campos de tierra de la Damm a los cespéd sintéticos, de hierba natural y hasta los peores que cualquier aficionado pueda imaginar, de Primera División, aunque es la que menos toqué, a Regional Preferente y todas las existentes del fútbol formativo.

P.- Con una trayectoria tan dilatada, ¿qué guarda con mayor cariño en su recuerdo? ¿Algún excompañero, técnico, alguna anécdota, momento?

R.- Además de Luis García, como futbolistas y personas, pues en mi larga carrera valoro más esto último, me quedo con Óscar Ollés, Juanjo Martínez, Julio Puig, Agustín, Pelegrín… podría decir varios. Y claro está, Javier Costa que es casi mi hermano (mi actual pareja la conocí porque es amiga de la mujer de Costa) y además, vivimos en Almazora (Castellón) en una zona donde somos vecinos.

P.- ¿Qué opinión le merece el retiro dorado de Xavi? ¿Esperaba esa decisión?

R.- Si soy sincero, gente como Xavi o ahora Casillas, nacidos y criados en el F. C. Barcelona o Real Madrid deberían dejar el fútbol en sus clubes.

P.- ¿Tal vez regresar al romanticismo y hacer lo que hizo Maldini, que siempre jugó en el AC Milan y tal vez sea el último gran jugador que ha logrado retirarse en el club de su vida?

R.- Efectivamente. O ahí también está el caso de Totti, que con 38 años, sigue jugando en la Roma porque es romanista, es parte del escudo, que quiere seguir jugando y, posiblemente, ya no dispute  50 partidos al año como titular, pero puede hacerlo en 20. A  Xavi le hubiera sentado y preguntado “¿qué quieres?” “Haz lo que desees” porque se lo ha ganado siendo el jugador que más veces ha vestido la camiseta azulgrana, con su comportamiento ejemplar, y sin haber  dado  nunca un problema al club, siempre ha estado pendiente de mirar por el bien de la entidad, del equipo.

P.- Y como persona que le conoce bien, ¿es tal cual se ha ido comentando y leyendo en los últimos meses?

R.- En el campo lo ves como un tipo serio, responsable, un excelente jugador, el mejor centrocampista español, pero fuera de focos es una persona muy cachonda, muy normal y divertida. El club le tenía que haber planteado que hiciera lo que le diera la gana, pero también es cierto que le comprendo: quiero sentirme útil, quiero probar otras cosas… Por ejemplo, otro caso, el de Víctor Valdés, que quiso probar otras ligas.

P.- ¿Y cuál era su relación con Valdés? ¿Le conocía? ¿Tenía trato con él?

R.- Sí, por supuesto, pues conocía a su hermano desde que tenía 7 u 8 años, pues coincidimos jugando juntos en mi etapa en la Damm. Luego, en nuestra etapa en el F. C. Barcelona, ya he comentado que con Frank Hoek solían venir porteros del juvenil para realizar entrenamientos con los guardametas del primer equipo y el filial, y aunque Reina era el más asiduo, Víctor vino algún día.

P.- Su salida, aunque distinta a la de Xavi, ¿cómo la vio?

R.- Sí fue diferente, pero a Valdés hay que conocerle y comprenderle. No obstante, pese a que por edad y condición física podía haber renovado tenía el gusto, el deseo de probar una experiencia nueva, algo distinto… Sin embargo, en el caso de Xavi, con la edad le hubiese intentado convencer aunque reitero la anterior idea y si además, le ofrecen en Catar todo lo que se ha ido publicando, para formarse como entrenador, director deportivo, otra cultura… con 35 años es muy difícil decir que no. Tal vez ha sido así, a pesar de que son gente para  nacer y morir en el mismo club, por expresarlo de manera breve y directa.

P.- ¿Cree que, a diferencia de otras épocas, esa imagen institucional a la hora de despedir mitos ha cambiado de orilla y en Barcelona se están haciendo mejor las cosas que en Madrid? ¿O como a Mourinho, aparentemente, le liberaron de un posible problema de gestión de vestuario cuando se marcharon Guti y Raúl?

R.- No lo sé, tal vez sí. Sinceramente, con gente como Raúl, Casillas, Xavi o Puyol, que son tan competitivos… Mourinho posiblemente les explicara que iban a ser menos importantes que antes y de ahí que decidieran irse Raúl y Guti. Lo mismo Luis Enrique con Xavi o como el centrocampista de Terrasa en la entrevista que le comento explicaba que apenas había sido titular cuando estaba acostumbrado a serlo. Tienen un rol tan asumido que prefieren irse a equipos donde tengan más oportunidades de jugar todas las semanas de inicio que pasarse meses en que pudieran estar más tiempo en el banquillo que en el césped. Para gente tan competitiva y con ese gen, es complicado asumir esos cambios y de ahí sus decisiones.

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P.- Me ha hablado de Mario Rosas, que en su época juvenil apuntaba muy alto. ¿Qué le faltó o a usted mismo para labrarse una carrera más en la elite como Xavi, Puyol o incluso su amigo Luis García, que fue campeón de Europa con el Liverpool?

R.- Mire, el caso de Luis García es paradójico. Salió del Barça y fue al Valladolid, que lo cedió al Toledo en Segunda División. Luego tiene la suerte de ir al Tenerife y coincidió con Benítez,  que le ofreció mucha confianza, logrando el ascenso a Primera, vuelve al F. C. Barcelona, tras una cesión al Atlético y conociendo a Benítez marcha al equipo inglés donde hizo carrera. Aún sigue jugando actualmente, diría que en México. ¿Qué le pasó? Salió del F. C. Barcelona con una idea de juego y esa experiencia en tantos clubes le sirvió para aprender a competir fuera de lo que había aprendido.

P.- ¿En cuánto afecta en este tránsito el aspecto mental?

R.- En todo, muchísimo, la cabeza es quién te lleva, pues físicamente, con los entrenamientos, el ritmo lo coges. Por ejemplo, por físico, en Segunda B hay jugadores muy válidos para jugar en Primera División. Sin embargo, a la hora de ponerles a entrenar el ritmo es muy distinto y, si hablamos de técnica y táctica, pues es otro mundo. En la elite se va a una marcha más porque se juega a otro ritmo, ahora bien si les pones a trabajar un mes o mes y medio a esos futbolistas y al final adquieren el ritmo, tal vez, no desentonarían. No obstante, mentalmente, no todo el mundo está preparado. Por otra parte, en el fútbol, también hay que tener en cuenta el factor “estar en el sitio justo en el momento adecuado”, el factor suerte. En Girona coincidí con Iván Pérez, el hermano de Alfonso y allí apenas jugó, en Segunda B, pero previamente se forma en la cantera del Real Madrid, le convocaron para el Europeo sub 21 del año 1997 en Rumanía (la generación de Felip, Ballesteros, García Calvo, Valerón…) y allí se convirtió  en el futbolista clave, pues marcó en dos ratos, los goles en la semifinal y la final, a un toque. Eso le permitió fichar por el Deportivo de la Coruña, en una época de bonanza, por ocho años y la vida se le resolvió. Siempre me comentaba que “tuve la suerte de estar en aquella Eurocopa y marcar los goles claves para poder vivir del fútbol”. Pero repito, lo clave está aquí arriba, en la cabeza.

P.- ¿Por eso Mario no llegó a ser lo que apuntaba?

R.- Bueno, como he contestado hace un rato, se pasa casi un año y medio sin jugar en el Alavés con Mané y quieras o no, con un contrato bueno, teniendo dinero para el futuro… cambia la perspectiva. Fue a probar a EE. UU… Piensa un segundo, ¿dónde ha estado Mario? ¿Y qué ha hecho? Tal vez, lo mejor lo vivió en el C. D. Castellón, pero los dos últimos años, pues en el primero solo jugó cinco partidos… Es complicado.

P.- En el futuro, una vez cuelgue las botas, ¿Raúl Caballero se ve como entrenador, director deportivo…? ¿Se ve vinculado al fútbol de alguna manera?

R.- Hace unos años no me veía porque no tenía paciencia, pero con el paso de los años veo un partido por la televisión y lo miro de otra manera, me fijo en más detalles, tengo una visión más táctica, más aspectos de lo que es un entrenador. Ahora que sigo como futbolista tengo compañeros mucho más jóvenes de 18 o 19 años y, teniendo de técnico a Raúl Tena con el que ya coincidí en el Borriol, si tengo que echar una bronca o una corrección a un compañero, tengo su beneplácito, porque incluso soy mayor que Raúl y él mismo me lo dice: “Si tienes que decir algo, lo haces sin problema”. En esta estancia en el C. D. San Pedro, además de jugar, me dieron la oportunidad de entrar en el fútbol base como entrenador y, como no me ha desagradado, seguiré un segundo año y, en principio, a partir de septiembre tengo la intención de sacarme la titulación para ser entrenador nacional superior. Me gustaría seguir vinculado al mundo del fútbol porque me gusta, pues está claro que quiero estar en él porque me lo ha dado todo.

P.- Teniendo en cuenta su larga carrera como futbolista y la extensa nómina de técnicos que ha tenido, ¿con qué idea de juego se siente más identificado el Raúl Caballero entrenador?

R.- Ahí te das cuenta que tienes tantas ideas, tanto conocimiento acumulado, incluso diferentes modelos de juego, pero al final me quedo con mi propia filosofía. Evidentemente, a mi me gusta el fútbol de una manera, la que más me gusta, la que aprendí en el F. C. Barcelona (Pep Guardiola, lo que me enseñó Joan Vilà), me inclino más por esa, pero evidentemente con mis matices. Pep es un innovador porque lees o ves charlas que ha realizado para explicar el juego y dices “cuánta razón y cuánto sabe”.

P.- Hablando de ideas técnicas y el juego, hace poco en Sevilla se realizó un congreso de fútbol con la presencia de Nuno Espíritu Santo (entrenador del Valencia C. F.) y Lorenzo Buenaventura (preparador físico del Bayern Múnich), entre otros ponentes, en la que el gaditano desmitificaba ese tópico de que el fútbol es solo correr comparando los kilómetros recorridos por Messi en la ida de semifinales de la campaña pasada cuando cayeron 3-0, y recordó el debate que se generó hace dos años cuando el argentino corrió lo mismo que Pinto en otro partido de Champions. ¿Cómo lo valora usted?

R.- En el fútbol no trabaja mejor el que más corre sino quien optimiza esa tarea. Si en un partido haces 20 carreras, cuando solo hace falta cinco, ¿para qué haces las otras quince? En el fondo, es lo que va hacer cansarse más al jugador, que luego piense menos y no saber qué hacer con el balón. Dirijo actualmente, como ya he comentado, a un equipo de niños de la escuela del C. D. San Pedro, les doy el balón y le digo que para correr, ya está el atletismo, en el fútbol lo importante es el balón, tienes que disfrutar con él. Todo ello se ha comenzado a comprender ahora más gracias a Guardiola, a lo que se ha denominado el tiki-taka, el periodo glorioso de la selección… en todos ellos lo importante es el balón

P.- E incluso fuera de nuestras fronteras, como el caso de Alemania.

R.- Efectivamente. Alemania se quiere parecer a España.

P.- ¿Tal vez por la llegada de Guardiola?

R.- Bueno, en el fondo, la esencia de ese juego la ejemplifica Xavi que es quién cambia la tendencia del fútbol español y del Barça. Hasta que no le dan galones, no era así; si hasta lo quisieron echar cuando le llegó la oferta del AC Milan en 2006, pues existía el prejuicio de que cómo era bajito cuando luego se ha comprobado que Xavi ha sido el mejor centrocampista que ha dado el fútbol, ¿cómo le puedes quitar el balón? No puedes… Y es que a este deporte se juega con un balón que hay que saber cuidar. Por ejemplo, leí también el otro día un artículo donde se explicaba que Guardiola se fijaba mucho en el fútbol sala…

P.- Y no solo fútbol sala, también ha tenido conversaciones con entrenadores de otros deportes como Svetislav Pesic (baloncesto) o Julio Velasco (voleibol) para conocer ideas de sus modalidades que él pueda aplicar.

R.- Es que todos los deportes comparten cosas. En el caso del fútbol sala, el trato y mimo al esférico son aspectos básicos.

P.- Algunos clubes, como por ejemplo el Bayern Múnich, y no siempre, a través de su canal oficial de YouTube permiten ver los entrenamientos. ¿Lo sabía?

R.- Sí, por supuesto. He tenido la oportunidad de mirar varios y es una maravilla: todos los entrenamientos son con balón, siempre… Recuerdo que cuando tuve de técnico a Caparrós nos comentó un día “vamos a trabajar la resistencia”, nos poníamos un chaleco que pesaba 10 kilos y nos disponíamos a dar vueltas al campo o realizar flexiones, con los jugadores acabando, algunos, vomitando. O en el Elche, donde con Julián Rubio, en una ocasión nos explicó que habían cuatro esféricos grandes en las esquinas del campo y que había que entrenar la resistencia con balón: en realidad consistía en dar vueltas al campo por detrás de cada uno de ellos. Eso, hoy en día es más impensable. Lees artículos, por ejemplo, de Paco Seirul·lo y piensas que las pretemporadas son mentiras, pues el fondo de todo es competir y adaptar las sesiones con el balón para poner a tono a todo el equipo.

P.- ¿Considera a Seirul·lo un adelantado a su época y un persona clave en lo que significa la metodología y entrenamientos de fútbol, pese a venir de otro deporte como el balonmano?

R.- Es una persona importantísima, no se puede imaginar cuánto, muy valiosa, pues trasladó conceptos del balonmano al futbol. Recuerdo que él siempre dice que no sirve de nada correr solo 40 minutos. Mire, cuando entrené el año pasado a los niños recuerdo que se acercó uno y me preguntó ¿cuándo vamos a la playa a correr? Le miré y le respondí: “De que te sirve irte a correr si luego te doy un balón y no sabes controlarlo; no vale para nada”. Le comenté que primero tocaba aprender a controlar el esférico. Estoy hablando de chavales de 12-13 años, que en realidad están en un periodo de formación donde no tienen que correr, sino entrenarse con balón, balón… y a disfrutar, pues para pasarlo mal, ya habrá tiempo. Si un niño no disfruta con 12 o 13 años, ¿cuándo lo hará? Corriendo no se disfruta, solo balón… Es lo que comento: aprende a controlar un balón primero, pues correr sabe todo el mundo. U otro ejemplo: hay jugadores de Tercera División que, a balón parado, quieren enviar el esférico a un lugar y no saben; o les pides “da un pase aquí” y no saben pese a jugar en una categoría casi profesional. Ver a jugadores de 20 o 21 años que, sin oposición, son incapaces de sacar bien un saque de esquina, poniéndolo donde tú quieres  y no pueden, porque no saben.

P.- Me habla mucho de la influencia que ha tenido Guardiola, pero en España, desde ciertos sectores de la crítica periodística, incluso se ha llegado a afirmar: “qué daño ha hecho Guardiola al fútbol español”. ¿Qué sensación le queda al escuchar esta frase?

R.- No creo que sea así. El daño lo ha hecho el Barça, entre comillas, y en el aspecto que su equipo te hacía un rondo en su área y eso con la calidad de Piqué, Busquets, Xavi, Iniesta… claro que puedes hacerlo, pero no todos disponen de ese perfil de jugadores para lograr lo mismo. Los entrenadores, el error que cometen es querer jugar del mismo modo que el Barça, y yo soy de la opinión que debes jugar en función de las cualidades de la plantilla de la que dispones. Por ejemplo, en el propio Barcelona, cuando juega de medio centro Busquets es una cosa; si lo hace Song, es distinto. ¿Y cómo puede ser? Porque el F. C. Barcelona lo trabaja  mucho y sus futbolistas disponen de la calidad suficiente para hacerlo. En mayo estuve en una conferencia de entrenadores y acudió Paco Jémez: me quedé alucinado con su idea de juego, su propuesta. Comentó: “Con el Rayo me critican muchas veces que perdemos balones porque intentamos salir jugando; en un partido, mejor dicho, en una temporada arrancas el juego desde el portero unas 100 veces ¿cuántos goles nos han marcado? Solo cuatro o cinco. Eso significa que tienes un 90% o 95% de eficacia, acierto para  salir así. Es decir, los porcentajes marcan que es más adecuado hacerlo así, pues el ratio de errores es mínimo. Sin embargo, la gente se queda con los fallos y los goles encajados”. La verdad es que la charla era para escucharla, con unos conceptos e idea de juego muy claros, es un técnico muy bueno y que si sigue así lo veo entrenando a un grande, seguro.

P.- Es un técnico con las ideas muy claras y que, aparentemente, sabe transmitir al jugador y llegar a él.

R.- Sí, y aparte es que estamos hablando del Rayo Vallecano, que casi lo clasifica para la UEFA y cuando lleva haciendo lo mismo durante tres años con plantillas que se las cambian casi por completo de un verano a otro. Es muy complicado y repito, en un equipo que tal vez tenga el segundo presupuesto más bajo de la Primera División, lo que aún le da más mérito, sin duda alguna. Además, hablas con gente y todos hablan muy bien; eso significa que algo tendrá.

P.- ¿Cree que es fundamental haber sido exfutbolista para ser entrenador?

R.- En mi caso, sí soy partidario de que sea así, pero no por el hecho en sí de la idea de juego o conceptos futbolísticos, sino más en el trato, en comprender al futbolista. Por ejemplo, en el Real Madrid a Mourinho se le criticaba, incluso jugadores como Ramos que llegó a decir cosas de Mou y lo mismo con Ancellotti, y explicó que se dio cuenta que Carlo había sido futbolista. Mourinho tiene unas ideas válidas, ha ganado todo, pero ¿en qué sitios? En el Real Madrid, que ficha lo que quiere, en el Chelsea, lo mismo; en el Inter, idem; la excepción, tal vez, sea el Oporto, pero piensa en la generación de la que dispuso (Deco, Carvalho, Costinha…) eso es un factor importante. Después sus ideas son buenas, con excelentes plantillas, bien ejecutadas habitualmente, ha obtenido buenos resultados, pero a la hora de manejar pequeños detalles en los vestuarios se nota que no ha sido jugador. Guardiola en el Bayern no ha sido lo mismo, pues pese a implantar su idea, solo le ha dado para ganar las Ligas y la Copa, pues allí no tiene oposición y la gana sí o sí – la pasada campaña con diez jornadas para dar por concluido el campeonato-.

P.- ¿Cree que, desde su llegada, en el Bayern se ve la mano de Pep?

R.- Sin duda, pese a que el Bayern no posee los jugadores para jugar de la misma manera que lo hacía en el F. C. Barcelona. O mire Luis Enrique, su Barcelona no es igual, pues ha introducido matices. Por ejemplo, Rakitic no es Xavi.

P.- Aunque la idea de juego del asturiano y el catalán no son las mismas.

R.- Es posible. Mire, por ejemplo, Thiago Alcántara es un jugadorazo, pero no podrá ser ni Xavi ni Iniesta en la vida y me parece uno de los mejores futbolistas españoles dentro de unos años. O incluso Isco o Koke.  Se hablaba del vallecano como sucesor de Xavi  ¿estamos locos? Es muy bueno, pero ¿cómo se puede comparar con Xavi que, si me apura, es el mejor centrocampista que ha dado el fútbol? Es que es el sustituto… No puede haber sustitutos, pues es muy complicado. Y repito, estoy hablando de jugadorazos: Isco, Thiago, Koke…  Xavi, Iniesta o Messi son jugadores únicos e irrepetibles. Guardiola fichó a Thiagho para el Bayern pensando en que se adaptaría mejor a su idea de juego, porque ha nacido  en la escuela del Barça, además sumó  a Xabi Alonso  que es lo más parecido a Busquets como medio centro a la hora de romper una línea con un pase. Es eso…  Sergio es un jugador básico en el equipo azulgrana actual pues sabe cuando jugar a un toque, cuando a dos, y eso es importante, pues sabe romper líneas de presión, lo que facilita el juego fluido en ataque y que haya profundidad en sus acciones. En el Barça de Pep con estas premisas le dejaban el balón muy fácil a Messi para que en dos acciones se quedara solo ante el portero y tener liberado el camino al gol. Sin embargo, Pep no tiene ese futbolista en su Bayern, tal vez, solo Ribery y Robben, pero el primero está, parece ser, cerca de retirarse por las lesiones y el neerlandés, ya se sabe que no ha gozado, por el mismo motivo, de la continuidad deseada.

P.- Entonces, por lo que me cuenta, ¿al Messi de Argentina le falta un ecosistema adecuado para poder explotar todas sus virtudes?

R.- Es posible. Messi es igual de bueno siempre, pero en el  Barcelona está rodeado de grandes futbolistas que hacen que el ritmo de velocidad de balón sea más rápido, con lo que le generan ventajas a la hora de encarar los metros finales. Sin embargo, con la selección Argentina no es lo mismo que te dé el pase Gago o Mascherano y que cuando le llega el esférico tenga al defensa pegado. Es igual de bueno en ambos lugares, pero quiénes le acompañan no.

P.- ¿Tal vez el problema viene porque se le pretende comparar con Maradona y, tal vez, su espejo sea Di Stéfano?

R.- También puede ser porque Messi lo gana todo con el mejor F. C. Barcelona de la historia y Maradona, cuando ficha por el Nápoles le hace campeón. Salvando las distancias es cómo si en su momento Maradona, con todos mis respetos ficha por el Levante y le hace campeón; no sé si Messi en la actualidad pasa al equipo granota y lo hace ganador.  Realmente, como le he ido comentando, no soy partidario de las comparaciones pues cada jugador tiene sus particularidades y cada época de la historia es distinta.

P.- Entonces, ¿no ve triunfando a Messi en un club distinto al F. C. Barcelona?

R.- Difícil respuesta. Mire, habría que verlo. Imaginemos una situación hipotética: Messi ficha por el Real Madrid de José Mourinho y Cristiano Ronaldo por el F. C. Barcelona de Pep Guardiola, en el mismo periodo en que la situación es la inversa. Los equipos y resultados, tal vez, hubieran sido diferentes. Lo que sí tengo la impresión es que el Barça va a ganar hasta que a Messi le dé la gana, quiero decir que mientras el argentino esté bien seguirá ganando títulos.

P.- Hablando de su pasado como exjugador del Villarreal C. F., ¿cómo ve el actual proyecto que lidera Marcelino García Toral?

R.- Marcelino llega con sus ideas, pero ha sabido adaptarse a lo que quiere el club. Cuando Pellegrini estuvo al frente del equipo el Submarino Amarillo fichaba a golpe de talonario (Forlán, Riquelme…) traía gente contrastada y, tras la crisis que afecta a todo el país, el Villarreal C. F. ha sabido adaptarse a la perfección a este nuevo contexto. Si se da cuenta el nivel de inversión externa ha disminuido y se centra más en potenciar la cantera, se la juega con jóvenes apuestas como Vietto o gente que se acerque a su presupuesto. En este detalle, Marcelino se ha adaptado perfectamente.

P.- Me refiero también a que, tal vez, ya en su tercera campaña al frente del equipo, la confección de la actual plantilla apunta más a ser a imagen y semejanza del técnico asturiano: menos combinación y más electricidad, transiciones y contraataques.

R.- Está claro que al final cada entrenador tiene sus ideas, con su personalidad, es decir, que la adaptación ha llegado no solo de Marcelino al club, sino de la entidad amarilla al preparador asturiano. No obstante, su método le está dando resultado, es una evidencia, pues está siendo muy efectivo.

P.- Sí, pero entre la pausa y la velocidad, se decanta por la segunda opción.

R.- Porque son sus ideas, que son tal válidas como otras y el rendimiento, repito, en los parámetros en los que se mueve ahora el club, ahí están.

P.- ¿Y qué opina del proyecto del club?

R.- Creo que todo lo que ha ido construyendo Fernando Roig es para que le hagan una estatua en el pueblo. Toma decisiones y, habitualmente, no se equivoca, va un paso por delante y el Villarreal C. F. le debe todo lo que ha conseguido. Ahora mismo, las canteras del Villarreal y Roda (club vinculado) y sus instalaciones no tienen nada que envidiar a las del F. C. Barcelona, Real Madrid y Sevilla F. C.

P.- ¿Tal vez el paso que falta es consolidar una generación de canteranos que se estabilicen y jueguen con el primer equipo?

R.- Pero ese paso también es complicado, sino fíjese en el Barça o el Real Madrid ¿Cuántos canteranos suben y tienen minutos con continuidad? En el club merengue, si se van Casillas y Ramos, apenas hay españoles en la plantilla; o la última del equipo azulgrana Pedro, Busquets, Piqué… es muy difícil sacar cinco o seis a la vez; o la Quinta del Buitre.

P.- Lo comentaba por el hecho de que, excepto Bruno, no se ha consolidado en la plantilla actual ningún futbolista de la cantera.

R.- Es que la generación en que subieron Font, Arzo, Cazorla, Bruno o últimamente Juan Carlos es muy complicada de repetir. Ahora tienen la oportunidad con el juvenil que se proclamó Campeón de la Liga y de la Copa de Campeones y los chicos que están con España sub 19. Para calibrar esa complejidad leía hace pocos días que el Villarreal B ha fichado a seis o siete jugadores, cuando el C finalizó entre los cuatro primeros y no parece que vayan a subir muchos jugadores. Es un buen ejemplo de esa dificultad.

* Pablo Beltrán es periodista.


– Fotos: Jorge Sastriques




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