"Hay que recordar que quienes escriben para los imbéciles siempre tienen un numeroso público de lectores". Arthur Schopenhauer
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Apenas debutó profesionalmente hace poco más de cinco meses, sin embargo Éder Álvarez Balanta es sin lugar a dudas uno de los mejores futbolistas del torneo argentino. La mejor aparición de este 2013 en Argentina parece que durará poco tiempo más en River Plate, y ya se lo ha vinculado con más de un equipo europeo. Cómo juega este joven marcador central colombiano que apunta a pelear por un lugar en la lista de José Pekermán para el Mundial de Brasil.
Seguramente fue lo primero que llamó la atención desde su debut ante Racing Club, en Avellaneda, el 7 de abril de este año. Balanta es una locomotora lanzada en velocidad pero que lejos de mostrarse tosco suele tener precisión quirúrgica a la hora de salir a cortar o anticipar. Hasta el momento, deben ser contadas con una mano las veces que ha perdido en una disputa con el cuerpo.
Si bien tiene una gran aceleración su velocidad final es su punto alto, en una carrera larga sabe que no pierde. Carece de una altura excepcional, pero suple esa ausencia de centímetros con una potencia de piernas que le permite un despegue ideal para ganar de arriba. Zurdo nato, sus desplazamientos hacia la banda de su pierna hábil son muy fluidos y son a su vez los preferenciales. No hay que dejar de lado que en cinco meses sufrió dos lesiones musculares (un desgarro y una distensión).
Se adaptó al salto de jugar en divisiones inferiores a una primera división de una manera asombrosa. Hasta el momento, todo ha sido crecimiento para él. Es de esperar que sufra en algún momento una caída en su rendimiento –propia del proceso de adaptación de un juvenil–, aunque de momento no ha pasado.
Confía mucho en sus condiciones, a punto tal de que juega con la soltura de un experimentado defensor central. Se sabe –o al menos eso parece– superior a sus rivales y eso quizás sea un arma de doble filo, ya que arriesga en función de eso tanto en el ámbito defensivo como en el ofensivo.
Cabe destacar que perderse el Mundial sub-20 de Turquía (River Plate no lo cedió) no terminó repercutiendo en su juego. De la misma forma, en los casos en los que comete errores no queda atado luego de ellos dentro de un mismo partido. Su fortaleza mental es extraordinaria. Por el momento (algo lógico, recién da sus primeros pasos) no se ha revelado como un líder con ascendencia sobre sus compañeros.
El defensor colombiano es elegante. Lo primero que llama la atención es su abrumadora superioridad física, pero luego nos queda la pulcritud de su técnica en el quite y la distribución. Seguramente mucho tenga que ver su formación. Comenzó actuando en La Equidad de Colombia como volante ofensivo, de ’10’. Luego en su segundo equipo en su país (Academia Compensar) ya fue reconvertido a volante central de corte defensivo y a poco de arribar a la Argentina –en el 2011– y tras una fallida prueba en Argentinos Juniors, comenzó a actuar como defensor por la izquierda para luego llegar a la zona central de la zaga.
Su capacidad física y su gran poder de anticipación hacen que Balanta evite ir al suelo a la hora de recuperar el balón. Se destaca su exquisita capacidad a la hora de salir jugando, recuperando las mejores tradiciones de los defensores que hicieron historia en el fútbol argentino (Perfumo, Passarella, Ayala más acá en el tiempo, todos ellos de paso por River, aunque podrían citarse otros como Sacchi o Meléndez): juega con la cabeza levantada y entregando el balón de forma limpia para iniciar la acción ofensiva. No reniega del balón largo y gusta de realizar cambios de orientación con asiduidad.
Aunque en trayectos de algunos cotejos ha terminado actuando como lateral por la izquierda (donde su prestación es baja), su posición es la de defensor central sobre la izquierda en línea de cuatro defensores. También lo ha hecho como zaguero por el mismo sector en línea de tres defensas, donde se potencian sus salidas a los costados.
Está en su esencia la salida limpia del balón. Parece incluso que ya decidió el primer pase antes de la recuperación, porque puede ejecutarlo con una velocidad y precisión asombrosas. También si realiza un anticipo opta en algunas oportunidades por la salida en conducción, casi solamente con la pierna izquierda. Por el momento, su tendencia excesiva a utilizar únicamente su pierna hábil –tanto para los despejes como para los pases– parece uno de sus déficits.
Ya ha marcado dos goles (en sus 17 partidos disputados con la camiseta de River), ambos en jugadas de pelota detenida, uno de atropellada y el otro con un cabezazo, luego de atacar el centro lateral. Aunque no es una constante que gane en el área rival, el promedio no es para nada malo.
Aunque parezca difícil, en este puñado de encuentros ha mostrado una evolución. Ha comenzado a seleccionar un poco mejor cuándo salir a cortar evitando dejar ese hueco a sus espaldas si no tiene garantizada la victoria en el duelo con el delantero rival. De nuevo, su superioridad ante sus contrincantes genera que continuamente se aproveche de esto para dar un paso hacia delante. Aquí cabe marcar un detalle: en el medio argentino los puntas pueden dividirse entre los talentosos y los físicos, no abundan (por no decir que no hay prácticamente) los que conjuguen ambas características; habría que ver cómo reacciona ante un delantero de ese tipo.
Seguramente en este apartado es donde mayor margen de mejora tenga el colombiano, y en apenas cinco meses ya ha comenzado a dar muestras de su evolución. Su lectura defensiva de cualquier forma no es mala y ha suplido algunos errores con su velocidad.
Una característica positiva es su buen posicionamiento a la hora de envíos frontales. Su equipo ha sufrido mucho los desbordes externos y Balanta ha resuelto con categoría e inteligencia más de una deficiencia colectiva de River. En líneas generales, no padeció el juego aéreo en defensa.
Álvarez Balanta tiene todo para triunfar y un futuro enorme por delante. Para quien escribe estas líneas, si ratifica lo bueno que ha mostrado en estos meses de aquí a junio, debiera ser un muy serio candidato a formar parte del plantel colombiano en el Mundial de Brasil (si los cafeteros certifican su casi segura clasificación).
Parece aventurado, pero mostró aptitudes como para ser un jugador de elite en no mucho tiempo. El fútbol argentino ya parece quedarle chico y es uno de esos zagueros que tienen tanta clase que parecen demasiado para esa demarcación. Probablemente, desde la aparición de Gabriel Milito no surgía un defensor de tamaña categoría en Argentina, aunque la explosión de Balanta ha sido mucho más rápida.
* Diego Huerta es periodista y editor del sitio web Cultura Redonda.
– Foto: River Plate
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