"La audacia tiene genio, poder y magia. Comienza ahora, ponte en marcha”. Johann W. Von Goethe
La gira 2017 de los British & Irish Lions ha llegado a su fin y lo ha hecho de forma poco previsible de antemano. Esperábamos -la mayoría- un dominio neozelandés en el juego que terminase reflejándose en el marcador; los turistas han tenido la virtud de contrarrestar el desempeño de los All Blacks y evitar así un monólogo que ha sido habitual en los partidos del equipo de Steve Hansen en los últimos años.
Warren Gatland y Andy Farrell consiguieron disminuir la velocidad del juego de los locales con varios elementos clave:
1) Mucho juego en el suelo (obligando a los neozelandeses a implicar más delanteros de los habituales y generando así superioridades numéricas de los de rojo).
2) Rush Defence: La velocidad de la línea defensiva de los visitantes limitó mucho el espacio de trabajo de los campeones del mundo y anuló así gran parte de los caminos que les permiten -habitualmente- sumar puntos.
3) Juego con el pie: Conor Murray, Owen Farrell, Jonathan Sexton, Elliot Daly o Liam Williams han utilizado las patadas hacia la zona del zaguero y alas neozelandeses para generar la presión defensiva necesaria en unas zonas del campo donde se minimizaban los riesgos de que los neozelandeses pudiesen sumar puntos o generar situaciones de peligro.
Tiene un mérito extraordinario haber reducido la producción ofensiva de los All Blacks a 66 puntos (22 de media ) en tres partidos y haber concedido sólo 5 ensayos (1,6 por encuentro) ante una selección que en 2016 consiguió 562 puntos en 14 partidos (40,1 de media) con 80 ensayos (5,7 por partido).
Todo este trabajo ha servido para que los Brithish & Irish Lions perdiesen un partido, ganasen un partido y empatasen un partido.
En esta serie se ha producido lo que hemos dado en llamar la paradoja resultadista:
1 victoria, 1 derrota y 1 empate para cada equipo han servido para que los visitantes sean “los vencedores” de la serie y los locales hayan sido “los derrotados”:
1) ¿Qué han ganado los British & Irish Lions?
1 partido de 3.
Empatar una serie ante los vigentes bicampeones del mundo. (Paradoja resultadista).
Generar expectación de cara a la gira de 2021.
2) ¿Qué han perdido los All Blacks?
1 partido de 3. (Paradoja resultadista).
¿Qué conclusiones se han sacado sobre los resultados de la serie?
Todos las selecciones del mundo saben, gracias a los Lions, como ganar a los neozelandeses.
El, a priori decisivo, último partido de la serie fue definido como: “partido del siglo”, “partido más importante de la carrera de los jugadores”, “partido de una importancia similiar a la final de un Mundial”…
El nivel de hipérbole mediática se disparó a raiz de la imprevista victoria de los visitantes en el segundo test de la serie (con un indiscutible protagonismo arbitral) y a partir de ahí se abrió la veda para todo tipo de exageraciones y conclusiones tan precipitadas como ausentes de argumentos.
La épica de este resultado volverá a ser el argumento esgrimido por los defensores de la vigencia de la tradición de los Lions para atacar a quienes argumentamos el anacronismo deportivo del combinado de las Islas Británicas en la era del rugby profesional. Mientras la maquinaria publicitaria y el negocio funcionen tendremos el mismo discurso cada cuatro años. The show must go on.
La aparición de Warren Gatland con una nariz roja en la rueda de prensa final de la gira ha sido un epílogo perfecto para esta serie en la que todo ha sido relevante… excepto el juego.
* Javier Señaris es analista de rugby.
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– Foto: GettyImages
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