"Cada acto de aprendizaje consciente requiere la voluntad de sufrir una lesión en la propia autoestima". Thomas Szasz
A David Refoyo le van los análisis de las grandes (¿o bajas?) pasiones de nuestro siglo. Ya analizó el efecto del sexo en la sociedad capitalista en ese precioso librito que fue 25 centímetros, y ahora vuelve a sus fueros con El día después, su tercera novela publicada por Lupercalia Editorial.
La historia construye un retrato social de la segunda línea del fútbol, es decir, todo lo que rodea al deporte rey, y de cómo los resultados que se dan en el juego trascienden a nuestro día a día, y viceversa. El fútbol, el opio del pueblo, se ha engrandecido hasta irrumpir tanto en el terreno de nuestras relaciones sociales como en el de nuestra propia intimidad, algo insospechado hace cincuenta años. ¿Pero lo ha hecho para bien?
En El día después –un claro homenaje al programa que dirigiese en su día Michael Robinson–, un nuevo gurú de la comunicación destaca sobremanera en internet con un método de acertar apuestas deportivas que él mismo denomina La teoría. Se trata de un estudio de las noticias extradeportivas que, según parámetros solo conocidos por el protagonista, consigue adivinar hasta un 97 % de resultados en cada jornada de la liga, en la que Deportivo de La Coruña, Real Madrid y Fútbol Club Barcelona se juegan los primeros puestos. En torno a él, girará un mundo de intereses e historias ocultas, la cara más sucia del fútbol.
Refoyo, además de conocer en profundidad los personajes populares de nuestro fútbol, comprende que, en la sociedad de la supracomunicación, el usuario es capaz de construirse el prestigio necesario hasta codearse con los personajes más influyentes del fútbol. Es lo que le sucede a su personaje, que va ascendiendo en el escalafón mediático de la novela, hasta conocer a presentadores de televisión, exjugadores o al mismísimo Pep Guardiola. Nada raro si tenemos en cuenta que en el ámbito de lo digital hay muchos tuitstar o blogueros que han conseguido colarse en los entresijos del mundillo (el protagonista, por ejemplo, recuerda sospechosamente a MisterChip).
Así, las nuevas tecnologías, la sociedad de la información y las noticias económicas se entrelazan en un tipo de novela tan infrecuente como necesaria en este país. Solo así podremos entender las miserias del fútbol (sobresueldos, corrupción, amaños, etc.). Recuerda, con ese eterno rastro de la sospecha, a Los fantasmas de Sarriá visten de chándal, de Wilmar Cabrera. Novelas capaces de hablar del mundo usando el fútbol como excusa.
Hay ciertos guiños literarios en la novela (a escritores contemporáneos como Eloy Fernández Porta o Patxi Irurzun), un uso inteligente de La Teoría como motor de la acción y una introducción de las nuevas herramientas de comunicación en el cuerpo de la novela (tuits o foros). El día después confirma las obsesiones del universo del autor y sitúa un gran debate en el centro del tablero. ¿Sigue siendo fútbol el fútbol? ¿O se ha convertido en un monstruo de intereses económicos?
* Javier López Menacho.
– Foto: Ediciones Lupercalia
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