El señor de los galones

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El señor de los galones

por JESUS GARRIDO el 1 septiembre, 2013 • 13:06

1.- Valverde tenía claro antes de pisar el Bernabéu que no podía jugar de tú a tú al Madrid. No es que visitara a los blancos con los machos de corbata, ni mucho menos, sino que sabía que exponerse a jugar un partido abierto le haría más daño a su Athletic que lo que sufriría en un encuentro controlado. Era una papeleta bien complicada con el nuevo equipo de Ancelotti. Si llevas la iniciativa, mata a la contra; si la cedes, ahora es capaz de dominar. Valverde no hizo ni una cosa ni la otra y el resultado fue el mismo: ganó el Madrid.

2.- Si al italiano le hacen la misma pregunta que le formularon a El Tata Martino, sobre si su equipo estaba ya al nivel que ellos querían, respondería también negativamente con casi total seguridad. El Madrid no es aún la máquina creativa que busca Ancelotti, ni practica el fútbol espectacular prometido, pero ante el Athletic mostró su imagen más sólida de lo visto hasta ahora en encuentros oficiales. Y con mucha diferencia.

3.- La asimilación de la teoría comienza a fructificar en el juego de sus futbolistas. Cada uno parece tener claro cuál es su papel dentro del bloque, nombre no escogido al azar, sino como sinónimo de lo visto en el campo. No hay fisuras en defensa por despistes, la línea de centrocampistas es generosa en el esfuerzo y sus componentes se encuentran entre sí con sencillez y se descuelgan para asomarse al área adversaria con peligro. Cristiano aparece en tres cuartos para tocar y marcharse, pero aún le cuesta hacerse importante. No recibe cómo y cuando le gusta, no le sale lo que quiere, pero estrenó su casillero con un remate facilitado por la desastrosa medición de la defensa del Athletic.

4.- Benzema, el único gran pero. Segundo partido en casa en Liga y segunda pitada importante de una buena parte del Bernabéu cuando fue sustituido por Jesé. Bajo el mando de Ancelotti, son varios los jugadores que han subido un escalón en materia de presión y esfuerzo en la recuperación, y son agresivos cuando toca atacar. El francés sigue sin chispa, tanto para agobiar a los centrales en su salida de pelota, como cuando tiene que morder buscando un balón largo. Sea Zidane o sea Ancelotti, alguien tiene que recuperar a Benzema de la apatía en la que vive inmerso.

5.- En la situación opuesta está Modric. ¡Qué escándalo de partido se ha marcado el croata! Recompensado con innumerables ovaciones del respetable, que coreó su nombre cuando robó el enésimo balón del partido. Se le acusaba de blando cuando se le señaló como sustituto de Xabi Alonso en el mediocentro, muchos recordaban que Modric era más mediapunta que pivote, pero Ancelotti se ha empeñado en que aprenda las funciones de líder de la medular y le ha dado todos los galones por su altísimo rendimiento en dicha posición. Lee de maravilla las jugadas del contrario para anticiparse, es constante en la presión hasta recuperar y después, una vez ya controla de nuevo el balón, lo reparte con calidad y criterio. No será fácil sacarlo de ahí cuando estén al cien por cien Xabi e Illarra.

6.- No estaba siendo un partido sensacional del Madrid, como hemos dicho, pero sí estuvo cómodo en los derroteros por los que se desarrolló el choque. El Athletic se plantó en el medio con una línea de cinco, con Iturraspe de pivote y Beñat y Rico a su vera. En las bandas, Muniain y Susaeta. Un equipo para tener el balón, pero a la vez muy dispuesto a buscar las contras con un lanzador maravilloso y dos puñales en los costados. Sin embargo, se encontró con una más efectiva que continua presión tras pérdida del Madrid, que no le dejó buscar a Aduriz, tremendamente sólo.

7.- No me aventuraré a decir que fue una decisión técnica, pero sí que ha sorprendido que el lateral con más ímpetu ofensivo haya sido Arbeloa. Di María centraba su posición muy a menudo y dejaba todo el costado para el lateral, que aunque no creó demasiado peligro en sus subidas, sí fijó mucho la posición de Muniain, más pendiente de defender que de salir a la contra. La banda opuesta, la de Marcelo, estuvo más tranquila de lo normal, sin que el brasileño se asociara prácticamente con Cristiano Ronaldo y sí más con Isco.

8.- Isco sigue sin hacer un partidazo, uno de esos encuentros mágicos que dejó en la Rosaleda, pero no le está haciendo falta para justificar su fichaje. Ha aparecido mucho en la primera parte, en asociaciones cayendo hacia dentro con Di María y Modric, y ha dejado un gol elegantísimo, de control-amago-tiro. Su importancia bajó en el segundo tiempo y creció la de Di María, pero la fortuna se ha aliado con el malagueño hasta tal punto de sentenciar el partido con un gol de rebote. Por cierto, sus dos goles a pase de Benzema.

9.- Entraron De Marcos y Morán para que el Athletic ganara más posesión de balón, eso en teoría. Con la marcha de Iturraspe, el Madrid se sintió incluso más cómodo en el medio del campo, incluso a pesar de que Khedira aún no alcance un nivel físico excelente. Modric se sobraba y se bastaba para repeler la mayoría de acciones peligrosas rojiblancas. De Marcos no apareció entre líneas, Muniain seguía ausente y las escasas apariciones de Iraola o Susaeta parecían asustar al Madrid. Y, por si acaso, Ancelotti metió a Casemiro para auxiliar a Modric, aunque tampoco parecía necesitar dicha ayuda.

10.- Salió Ibai al campo y el Athletic mejoró por momentos. No demasiado, pero al menos llevaba algo más de sensación de peligro. El pequeño delantero activó a los demás, removió el costado izquierdo y creó y finalizó la jugada del gol vizcaíno. Su trascendencia fue tal que Ancelotti introdujo a Carvajal para contrarrestar la amenaza.

y 11.- Pasaban los minutos. El Athletic no tenía ni la confianza ni el físico suficientes para tentar la remontada y provocó una comodidad muy grande de los madridistas. Liberados de presión, comenzaron a hilvanar jugadas de bastantes quilates, gracias sobre todo a la frescura que Jesé aportó al ataque. No estuvo acertado, desde luego, pero participó en casi todas las acciones hasta el final del tiempo. Tres partidos después, el Madrid comienza a parecerse al Madrid de Ancelotti.