"Volved a emprender veinte veces vuestra obra, pulidla sin cesar y volvedla a pulir". Nicolás Boileau
La gimnasia ha sido uno de los deportes peor tratados cinematográficamente y, sin duda alguna, el más flojo de todos los que hemos analizado hasta la fecha en esta serie de repotajes. Las películas de gimnasia se pueden clasificar en tres grupos. El peor de todos es el del cruce de la gimnasia con las artes marciales, con algunos subproductos que hacen parecer las películas de los hermanos Calatrava obras de Martin Scorsese.
El segundo grupo, el más extenso, es el de la superación personal a través de la gimnasia, con adolescentes con problemas varios que deciden abandonar la práctica deportiva para volver y triunfar con muchos sacrificios. Por último, el tercer grupo trata de la dureza y el sadismo de algunos entrenadores con sus gimnastas para conseguir sus objetivos, lo que cinematográficamente siempre puede dar juego.
El problema es que, salvo alguna honrosa excepción, la torpeza con que nos narran las historias hace el visionado de las películas un trago muy duro para cualquier persona que no sea un fanático de este deporte, y en algunos casos diríamos que ni para estos.
Como siempre, hemos intentado abarcar todos los campos posibles. En el caso de la gimnasia rítmica no hemos podido encontrar ninguna película sobre el tema, excepto una serie de dibujos animados (Piruetas) y una serie japonesa sobre gimnasia rítmica masculina que es la que hemos seleccionado. También hemos incluido dos disciplinas derivadas de la gimnasia tradicional, como el tumbling y la gimnasia acrobática para poder dar cabida así a dos filmes interesantes que tienen esta temática.
Como anécdota, hemos descubierto una presencia española en una de las películas, con el entrenador Jesús Carballo, Lenika de Simone y Tania Giner en una competición gimnástica.
Sin más dilación, aquí tienen nuestra selección, que hemos separado en categoría masculina y femenina, y que como siempre en cada deporte va de la peor a la mejor dentro de cada disciplina, aunque les ponemos sobre aviso de que la magnesia es ciertamente alérgica a su tratamiento cinematográfico.
El equipo de gimnasia rítmica masculina de un instituto japonés está a punto de desaparecer por no tener el mínimo de seis participantes requeridos para hacer las rutinas. Un chico problemático del instituto se une al equipo para librarse de sus propios problemas.
La gimnasia rítmica masculina es un deporte que goza de una cierta popularidad en Japón y el episodio piloto de la serie Tumbling lo trata en profundidad. En el apartado masculino se realiza sin aparatos y parece más una gimnasia sincronizada con equipos de seis personas, pero hemos encontrado que la disciplina ha sido aprobada en muchos países, incluido el nuestro, y la película es didáctica en este sentido.
Vemos bastantes escenas tanto de rítmica femenina como de masculina a un nivel bastante bueno, en especial el masculino, con piruetas bastante elaboradas. El resto es humor japonés, que para nuestro gusto suele ser bastante tontorrón, pero visto el nivel de las películas visionadas esta ha sido de las más agradables.
Recomendable para todos los amantes de la gimnasia rítmica.
Una gimnasta debe abandonar el equipo de la escuela tras un accidente de coche donde muere su padre y ella queda gravemente lesionada. Todos sus esfuerzos son para volver a entrar en el equipo y triunfar en su deporte.
Versión cutregimnástica de la película Flashdance, más plagada de tópicos y clichés que las declaraciones de políticos después de unas elecciones. La pobre chica que tiene que superar todas las dificultades desde un entorno familiar hostil hasta la animadversión de sus compañeras de equipo es un clásico mil veces tratado, al que la película se ciñe punto por punto.
Incluso la música parece una copia barata de la de Flashdance, pero las escenas gimnásticas son bastante decentes con una muy interesante de tumbling que nos permite introducir esta disciplina en nuestra lista de películas. Como curiosidad, un imberbe Keanu Reeves en los inicios de su carrera cinematográfica en un papel secundario como interés amoroso de la protagonista.
Recomendable para seguidores de Flashdance, el tumbling y el club de fans de Keanu Reeves.
Una mujer de mediana edad, exgimnasta de élite, hastiada de su vida rutinaria, encuentra la tabla de salvación –y algo más– cuando comienza a ejercer de gimnasta acrobática.
Pasable película, con aspecto de telefilme de sobremesa, sobre una mujer que encuentra la motivación perdida con unas clases de acrobacias verticales sobre cinta. Se traza una historia sobre un amor inesperado y las escenas artísticas, con mención especial al fino número final, son un deleite para la vista. Llaman poderosamente la atención las maniobras que realizan las dos protagonistas, complicadas y físicamente exigentes. De hecho, Dreya Weber (tenía 45 años cuando hizo esta obra) está considerada como la mejor especialista mundial.
Imprescindible para los amantes del arte en movimiento.
Gimnasia masculina
Un gimnasta olímpico es reclutado por la CIA para participar en una carrera de obstáculos muy sui generis en un lejano país asiático en la que el vencedor conseguirá que su país pueda instalar una base de misiles en ese país.
Kurt Thomas, un gimnasta americano que fue campeón del mundo, es el protagonista de una de las peores películas de la historia del cine. Un engendro que mezcla de forma zarrapastrosa la gimnasia y las artes marciales con un argumento delirante y unas actuaciones dignas del libro gordo de Petete.
Desde el punto vista gimnástico, vemos a Thomas haciendo todo tipo de ejercicios, que podríamos calificar de gimnasia urbana, tanto de suelo como de paralelas o en barras fijas colgadas de la calle, destacando una inenarrable escena en la que se defiende de sus atacantes dándoles patadas mediante molinos americanos en un caballo con arcos situado en la plaza mayor de la capital. Intenten imaginárselo.
Recomendable para fanáticos irreductibles de la gimnasia o para los que hayan visto todo el resto de películas de la historia del cine.
Un joven deportista de éxito, que triunfa en muchas esferas de la vida, conoce a un peculiar mentor que le enseñará un nuevo mundo.
Fallida película que, pese a contar con un monstruo de la interpretación como Nick Nolte y una historia golosa, fracasa estrepitosamente con un ritmo inferior al de una tortuga jubilada. La relación entre mentor y alumno debería haber dado más de sí, ya que es uno de los matrimonios que mejor funciona en el séptimo arte si el director es capaz de otorgar cierta cadencia a la obra. Debería emocionar o, como mínimo, entretener, pero a duras penas lo consigue.
El personaje de Nolte asesora al protagonista con una serie de frases de enseñanza sobre la vida. El problema es que es un recurso tan reiterativo que finalmente provoca la más absoluta indiferencia. Las pruebas de gimnasia, centradas fundamentalmente en las anillas y el caballo con arcos, son bonitas y algunas incluso impresionantes, pero la cantidad es ínfima en comparación con las clases de filosofía de todo a cien.
Solo recomendable si está solo en casa sin saber qué hacer.
Un prometedor gimnasta juvenil es obligado por su madre a dejar el deporte para ayudarle en la tienda, pero se junta con malas compañías y acaba uniéndose a una banda de génsteres de Taipei de la que sale para intentar volver a competir y de esta forma salir del pozo en el que se ha metido.
No podía faltar alguna película exótica en nuestra selección, y la taiwanesa Jump Ashin cubre este cupo. La historia está basada en hechos reales, pero es muy tópica: chico prometedor que deja el deporte, cae en las redes del mal y se redime. Además, está desarrollada torpemente.
Su mayor interés es la parte inicial y el final, donde se concentra la parte gimnástica. En especial el comienzo, donde vemos los entrenamientos durísimos a los que son sometidos los niños para ganar fuerza y flexibilidad, mostrándonos la escuela china en su más cruda realidad. El actor principal es un gimnasta bastante bueno y la verdad es que sus elementos están desarrollados con una técnica más que aceptable. El tramo central de la película es lento y farragoso, aunque las luchas parecen sacadas de un manual de parkour. Al final, volvemos a ver gimnasia de bastante calidad.
Recomendable para los amantes de la disciplina infantil y estudiantes de chino.
Un joven que abandonó la práctica de la gimnasia por su personalidad problemática decide volver a intentar su clasificación para el equipo nacional apoyado por su novia, una gimnasta de élite.
Días rebeldes es una película que tuvo un enorme éxito a mitad de la década de los ochenta en el mismo estilo Flashdance gimnástico que hemos mencionado antes, grabado como si fuera un videoclip de los inicios de la MTV.
Su protagonista, Mitch Gaylord, fue un gimnasta de élite que ganó cuatro medallas en los JJ. OO. de Los Ángeles de 1984 y su calidad es incuestionable en los ejercicios que realiza en el transcurso de la película, sobre todo en una barra fija artesana que monta entre dos árboles para entrenar. Su compañera, Janet Jones, era una gran bailarina, pero de gimnasia no tenía ni idea, por lo que ella bailaba en el suelo y luego era doblada en las piruetas.
Es una película previsible con todos los tópicos de una historia romántica y con un guión que únicamente es una excusa para enlazar escenas gimnásticas, eso sí, de un altísimo nivel, y con un gran respeto por la competición y el deporte con profusión de torsos desnudos en el apartado masculino.
Recomendable para amantes de la gimnasia de alta competición y de las historias cuyo final está claro nada más empezar.
Un gimnasta húngaro llega a Canadá para entrenar a un joven con potencial pero difícil de tratar.
Curiosa película húngara producida por Mathieu Kassovitz y dirigida por Szabolcs Hajdu que se inspira en la vida de su hermano menor. Describe los avatares de un joven gimnasta desde su infancia hasta su plenitud, en la que forma parte del prestigioso Circo del sol. Sus inicios son un compendio de imágenes duras en una escuela de disciplina militar, donde aprende a sufrir en silencio con un malvado profesor hasta que su cuerpo y su dignidad dicen basta.
Su llegada a Canadá sirve para despertar del letargo a un gimnasta canadiense que comienza a desarrollar todas sus habilidades hasta alcanzar la gloria en un campeonato del mundo. La obra es pródiga en escenas deportivas, desde los entrenamientos hasta las competiciones, y están bien filmadas con todo tipo de detalles. La única pega estriba en el ritmo del filme, que no es el mejor.
Recomendable para los amantes de las historias de sufrimiento y superación personal.
Una gimnasta de élite se ve involucrada en una conspiración internacional para conseguir unos códigos nucleares, en su condición de hija de un agente secreto.
Esperpento total en forma de película que cuenta con el aliciente gimnástico de tener como protagonista a Kristie Phillips, una gimnasta que estaba llamada a ser la próxima Mary Lou Retton en los ochenta y acabó protagonizando este auténtico bodrio.
Las escenas gimnásticas están concentradas al principio y al final de la película, pero algunas piruetas son más de dibujos animados que del código de gimnasia, en especial un ejercicio con las asimétricas que hará crujir de dientes a los puristas. Entre tanto vemos a nuestra heroína hacer una mezcla de gimnasia y artes marciales en las innumerables peleas que mantiene, incluyendo una delirante escena de gimnasia en cama.
Es difícil describir con palabras lo mala que es esta película dirigida por Albert Pyun, posiblemente el peor director de la historia con cuarentaicinco películas perpetradas de semejante calibre y que debería hacer películas directamente para y con el iPhone.
La presencia de la gimnasia en un porcentaje apreciable es la única razón para incluir en la lista a esta película, donde por estar mal lo están hasta los títulos de crédito, con los nombres de los actores mal escritos, prueba evidente de su calidad.
Recomendable para vaciar su casa durante una fiesta o echar al familiar pelmazo.
Una joven gimnasta de doce años intenta conjugar sus sueños deportivos con sus problemas escolares, sobreponiéndose a todas las dificultades.
Película destinada a un público infantil donde la gimnasia es tratada con mucho más respeto que en la mayoría de las películas de la lista. Vemos muchos ejercicios infantiles con altos niveles de dificultad, en especial en la barra, incluyendo una pequeña exhibición de gimnasia rítmica, apenas vista en las películas.
Tanto el mensaje como el tono de la película es eminentemente positivo, y es una película ideal para ver en familia con niñas pequeñas que puedan sentirse atraídas por este deporte. Es una película dirigida claramente a un público entre 5 y 12 años, y en ese sentido lo hace perfectamente.
Recomendable para regalar en Navidades o para la primera comunión de niñas pequeñas y para disfrutar de una agradable velada familiar.
Biografía del gran mito de la gimnasia Nadia Comaneci desde sus orígenes en el pequeño pueblo de Onesti en Rumanía, cuando empieza a entrenarse a las ordenes de Bela Karoly, hasta su participación en el Campeonato del Mundo de Gimnasia en Fort Worth (Estados Unidos) en 1979, pasando por los JJ. OO. de Montreal de 1976, donde hizo historia al ser puntuada por primera vez con un diez en la máxima competición deportiva.
Edulcorada biografía de la gran Nadia Comaneci realizada con el asesoramiento de los Karoly, lo que se nota mucho en el tratamiento amable que tiene el entrenador y sus métodos de formación en contra de la opinión general, que no era muy favorable a sus métodos despóticos.
La película nos muestra toda la carrera de Nadia desde la captación de su talento por parte de Karoly hasta su encumbramiento mundial, y se divide en dos partes: la ascensión hasta Montreal’76 y sus posteriores problemas tras el éxito para adaptarse a su nuevo estatus de celebridad y las intromisiones de la política rumana, que la separó de su entrenador. Los cambios y su crecimiento le provocaron problemas de peso que consiguió solventar.
Las escenas gimnásticas son realmente excelentes, debido a que fueron realizadas por una doble, Marcy Frederick, campeona mundial de asimétricas en 1978 y rival de Nadia en la realidad. Filmadas a cámara lenta, nos permiten disfrutar de varios ejercicios de altísimo nivel que harán las delicias de sus seguidores. Los tramos no deportivos son algo más previsibles y tópicos, pero dan una idea de la progresión de Nadia.
Recomendable para los fans de Nadia Comaneci y degustadores de la gimnasia de altos vuelos.
Una joven promesa es reclutada por un famoso entrenador con la aquiescencia de sus padres y se traslada de ciudad acompañada de su madre. La chica tiene serios problemas para adaptarse al nuevo entorno y a las enormes exigencias de su nuevo entrenador con vistas a competir en Sídney’00.
Interesante película porque nos muestra el lado más duro de la gimnasia. Desde la perspectiva de los padres de los gimnastas somos testigos de los sacrificios familiares y económicos que deben hacer para conseguir el dinero necesario para pagar al mejor entrenador y coreógrafo que puedan. En un segundo plano vemos cómo el deporte de élite cambia a estas adolescentes tanto física como psicológicamente.
Las rivalidades entre los padres que observan religiosamente cada entrenamiento son un elemento original y refleja cómo la competitividad de sus hijas se traslada a una especie de sistema de castas en los padres, con los progenitores de las mejoras gimnastas en la cima de la pirámide. La madre de la gimnasta es periodista y deja todo por acompañar a su hija, y observa cómo muchas de las chicas se quedan por el camino.
A pesar de la dureza extrema de los entrenamientos, la cinta no carga excesivamente las tintas sobre el entrenador, incidiendo sobre las chicas que voluntariamente deciden sacrificarse para alcanzar su meta.
Recomendable para padres de deportistas y de gimnastas en particular.
Una chica que tiene sus escarceos con la delincuencia menor ingresa en una escuela de gimnasia, donde será entrenada por un técnico legendario.
Entretenidísima película de gimnasia, saltos, piruetas y demás exhibiciones. Una joven rebelde se cruzará en su camino con un entrenador que sabrá exprimir hasta la última gota de sus posibilidades mediante la clásica historia de superación personal. Con un ritmo vertiginoso, el espectador inicia un viaje rocambolesco debido a algunas licencias en el guión que rozan el disparate.
Como curiosidad, los seguidores españoles podrán reconocer en la competición final a Lenika de Simone y Tania Giner en papeles sin dialogo, así como una vista fugaz de su entrenador, Jesús Carballo, lo que nos permite darle también un pequeño toque local.
Pero ya hemos escrito en más de una ocasión que nuestro compromiso en esta casa está ligado al deporte y al tratamiento que se le da, de manera que entendemos que los amantes de este deporte se lo pasarán en grande. Es más, es su película.
Nos hubiera gustado hallar películas que de verdad trataran la gimnasia con la solemnidad que merece, pero nos hemos tenido que conformar con la entrega más pobre en cuanto a calidad artística. Con todo, somos absolutamente conscientes de que los amantes de esta disciplina sabrán disfrutar con las imágenes que se centran exclusivamente en su deporte favorito. Desde el punto de vista visual, al menos, convendremos en que muchas obras impresionan al espectador. No es poco.
* Mikel Madinabeitia (periodista) y Lorenzo Mejino (experto en comunicación).
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