Análisis / Fútbol 2011-2012 / Eurocopa 2012
Hodgson mejora, Inglaterra también
Son ahora un poco menos las dudas que pesan sobre la zozobrante Inglaterra y la capacidad de Roy Hodgson de guiar a su equipo a una aceptable participación en la Eurocopa. Son menos, pero no dejan de ser muchas.
El partido de debut contra Francia demostró que Hodgson no es ciertamente todo lo astuto y práctico que requiere una selección llena de buenos jugadores pero carente de un método que los haga funcionar. El juego inglés es tan simple como tan necesario es para ellos interpretarlo como es, sin tanta estrategia recóndita ni revolucionaria que a la postre acabará fracasando en sí misma.
Está demostrado que para obtener las excelsas virtudes ofensivas de Gerrard no puede tener un solo compañero en el centro del campo. Ahora que Lampard no está y el destino le ha quitado un problema de encima, pues ningún técnico anterior logró explotarlos a ambos de la misma manera que rinden en sus clubes, era el momento de potenciar el todavía magnífico rendimiento del capitán del Liverpool.
Para ello Hodgson debía haber tenido en cuenta que James Milner -extremo derecho en los dos partidos de esta Euro-, ha desempeñado roles mucho más centrales desde su llegada al Manchester City y está capacitado para intercambiar funciones con Gerrard una vez que este se lance hacia el frente. Era lograr un equilibrio Gerrard-Milner, de subidas y bajadas, alrededor de Parker fijo en el centro.
Ubicar a Ashley Young bien pegado a la banda izquierda hubiera potenciado doblemente sus grandes dotes de extremo y le hubiera otorgado a Gerrard todo el espacio que este necesita para desplegar su fútbol todoterreno.
Pero en el choque frente a Francia, Young deambuló como un segundo delantero o un falso mediapunta, o no se sabe como qué, bien lejos de la posición que le hizo reventar en el Aston Villa y lo llevó como titular al Manchester United. Hodgson se privó de obtener su gran rendimiento. Contra Suecia se le vio a ratos en el sector donde más rinde, pero no siempre.
Otra de las pifias del ex técnico del Fulham contra los galos fue la de ubicar a Alex Oxlade-Chamberlain como titular. El centrocampista del Arsenal es un jugador sin experiencia, no es ni titular en su club ni tampoco es la única alternativa de Inglaterra en su posición, por lo que era previsible que no le iba a resolver ningún problema. Además, lo colocó como extremo izquierdo, alejado de dónde mejor ha rendido con los gunners (centro del campo) y dónde debía haber ubicado a Young. Si se quiere, Chamberlain no debía ni haber sido convocado para la Eurocopa.
Para el segundo partido, al parecer se percató de todas estas cuestiones y de que Welbeck no es un delantero hecho para jugar solo en punta, y decidió dar entrada a Carroll en el once titular. No es menos cierto que la temporada del delantero centro del Liverpool no ofrecía buenos augurios, pero era peor mantener una pobre presencia en el área rival.
A la postre, Carroll no influyó determinantemente en el juego de su equipo, pero marcó un muy buen gol y podemos aprobar tanto su gestión como la de su técnico. Con Rooney disponible contra Ucrania, uno de los objetivos de Hodgson debe ser explotar las virtudes asociativas de sus dos delanteros centros y de su extremo izquierdo, todos ellos compañeros en el mismo club. Y las de Gerrard, claro está, aún reprimidas.
Nadie se lo cree, y es muy poco probable que Inglaterra llegue a un puesto que pueda considerarse más que aceptable para ellos. Tampoco es cosa de ganar un torneo y ya; se necesita un trabajo sostenido, como Alemania o España, para llegar al verdadero éxito. Si esto sucediera ahora con Inglaterra no sería real, sino muestra de que en este fútbol especial de selecciones el camino a la gloria es a veces tan corto como la gloria misma.
* Alejandro Pérez.
– Foto: AP – AFP
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