"Cada acto de aprendizaje consciente requiere la voluntad de sufrir una lesión en la propia autoestima". Thomas Szasz
Champions 2012-2013 / Fútbol 2012-2013 / Fútbol
1.- La Champions tiene un encanto distinto. Es la competición. Allí mismo donde han reinado y dejado su huella los equipos que pasaron a la historia. Los que pusieron de acuerdo a la parte no fóbica de la sociedad a través de un discurso más o menos alegre, pero, va de suyo que revolucionario. La Champions transforma, enriquece, da luz a una propia oscuridad, como decía el poeta italiano Porchia.
2.- Málaga y Anderlecht se batieron en un duelo rápido, sin mucho en juego, pero con mucho por demostrar. Pellegrini ha convertido en virtud una suerte de deficiencia en forma de plantilla corta. Corta de efectivos y, a menudo, de talento. La implicación es total, incluso de aquellos a los que le faltan piernas o adaptación –Onyewu o Duda–, y permite morder en cada partido.
3.- La efervescencia de los no habituales convirtió el partido en una calle sin salida donde los coches circulaban a toda prisa sin saber bien su destino. El Málaga presionó alto, prescindiendo del sentido de la dosificación que pagó a partir del minuro 35. Dio efecto y dominó a ratos, pero expuso a su defensa. Especialmente a su sector derecho, rematadamente frágil y descoordinado en anticipación y cobertura.
4.- En la presión alta, el Málaga encontró la forma ágil de llegar. Estás despedido Manolo era consciente de que Toulalan-Iturra no son solventes iniciando. Tampoco Duda, Seba o Buonanotte tienen el talento natural de Isco o Portillo para coger la base, renunciar a su zona del ring y redirigir al equipo a campo contrario. Así, más lejos de Kameni el Anderlecht, más lejos de la debilidad. El equipo belga no encontraba a Biglia y solo salía por fuera.
5.- Allí, en el exterior, Jovanovic. Siempre manteniendo a Sergio Sánchez al límite de la ayuda, cosquilleando a sus espaldas para no permitirle alegrías en ataque. Fue el más determinante del partido; el mejor junto a Biglia en la mejora del equipo belga. La altura de la presión blanquiazul le facilitó a Jovanovic ir siempre de cara y en carrera. La basculación del Málaga era débil a nivel global, salvo por dentro.
6.- Una suerte de efecto contagio en vertical aparecía en el partido a menudo. Naturalmente, cuando los metrónomos de cada equipo dejaban de aparecer. Por condiciones, Buonanotte requiere de cierta pausa para ser feliz. Pausa y compañeros por delante. Biglia no necesita un contexto tan marcado, pero lo prefiere así, aunque funcione como lanzador eficaz de transiciones. Chapotearon sin flotador en un ejercicio de supervivencia al vértigo. Su influencia devolvía la paz interior a Van de Brom y a Estás despedido Manolo.
7.- El partido fue hacia fuera, hacia la ida y vuelta. Camacho trató, limitaciones incluidas, de calmar la situación. Es decir: robar y darla en horizontal. El madrileño, solvente y parafraseando al poeta alemán Hebbel, se conoce defectos antes que los demás los hayan apreciado. Incluso conoce a su equipo. Dio pasos atrás para evitar la exposición de Onyewu-Sánchez (centrales cuando Weligton fue cambiado), pero no evitó el gol. Mbokani, de algún modo, hizo justicia a la determinación; seguramente, no al juego. Pellegrini (Manolo…) lo explicó así: “Quedé muy satisfecho con el rendimiento de los jugadores a nivel ofensivo. No tanto en la parte de atrás, donde dimos licencias”.
8.- El partido transcurrió en esas huidas hacia delante. Arrítmico, con picos de lucidez y anarquía, pero interesante. Demostró cosas y bendijo a Duda. Su flojísimo partido fue vestido con seda, con su pierna de seda, y la interpretación enlatada de highlights. Ya no llega para el Málaga, pero conserva su pierna. Como Van Nistelrooy el año pasado, emblema del fútbol global, el público se repite el mantra eterno: “Aún gana partidos”. La realidad lo tambalea, pero el icono lo mantiene de pie. A una pierna.
9.- El Málaga avanza de ronda para cambiar de estación en la ciudad de los sueños. Octavos para desafiar después de brillar: 3 victorias, 3 empates, 12 goles a favor, 5 en contra. 12 puntos. Primera vez para el equipo; debut para muchos jugadores. La realidad sin adjetivos huele mejor.
y 10.- Estás despedido Manolo.
* Fran Alameda es periodista.
– Foto: Álvaro Cabrera (SUR)
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