"Volved a emprender veinte veces vuestra obra, pulidla sin cesar y volvedla a pulir". Nicolás Boileau
La cultura del esfuerzo. Este término tan usado últimamente en el mundo del fútbol ha vuelto a instalarse en el Camp Nou con la intención de quedarse un largo tiempo. La llegada de Luis Enrique tras el efímero paso del Tata Martino en el banquillo azulgrana ha abierto una nueva etapa basada en recuperar la competencia interna y ofrecer igualdad de oportunidades a todos los integrantes de la plantilla.
El mes de septiembre es conocido también por la vuelta al cole. Como el estudiante que inicia un nuevo curso, el Barça afronta sus tres asignaturas con la mayor ilusión posible, conocedor de que su entrenador tiene un maravilloso reto por delante: devolver el hambre a un grupo de futbolistas que se saciaron del éxito con los títulos conseguidos, recuperando también la pasión perdida por el juego.
El técnico asturiano sabe que dispone de una oportunidad única para gestionar una plantilla con tanto talento y condiciones para poder explotar: “Me satisface todo lo que he encontrado en mi llegada a Barcelona. Para mí es un privilegio entrenar a un grupo de jugadores como este. De lo que me siento orgulloso y contento es de ver que el club ha seguido trabajando en la cantera y disponer de jugadores en el filial (…) Eso sí que es un privilegio. Estar sentado en esta silla y saber que tenemos disposición económica para fichar a Luis Suárez, pero que también tenemos muchas ganas de ver a jugadores que deciden quedarse en el F. C. Barcelona y en La Masia porque saben que van a tener oportunidades en el primer equipo y me gusta esa posibilidad. Felicito al club por esta política”.
Precisamente, la primera apuesta por la cantera tuvo un nombre propio en el estreno liguero ante el Elche: Munir El Haddadi. “Quema etapas a una velocidad difícil de gestionar, pero lo hace con naturalidad, entrena igual que juega o incluso mejor y nos da mucha opciones. Además de gol tiene muchísima velocidad, personalidad, competencia y eso hace que no se duerma”, dijo. En las siguientes semanas han seguido los mismos pasos que Munir Sandro Ramírez y Sergi Samper. Este último siendo el primer futbolista de la historia del club que llega al primer equipo una vez completado todo el proceso de formación: “La verdad es que no sabía ese dato (…) Si hay un jugador que puede recrear los valores de lo que debe ser un deportista ese es Sergi Samper, por su personalidad y madurez, por lo que representa, y nos va a ayudar muchísimo. Nos da total garantía de cara al futuro”.
Luis Enrique sabe que va a necesitar el máximo de cada uno de los integrantes de su plantilla para luchar en plenas condiciones y conseguir los objetivos establecidos, incluso de Xavi, un futbolista cuyo rol en el grupo ha cambiado respecto a años anteriores: “No sé lo que va a deparar el futuro. Tengo un hándicap, como el resto de entrenadores, y es que solo pueden jugar once. De lo que estoy seguro es de que Xavi y el resto de compañeros que no han podido participar van a ser claves a lo largo de la temporada. Esto lo vamos a sacar adelante entre todos los jugadores y todos van a tener un rol importante”.
A nivel táctico, se ha apostado por un modelo de juego con varios aspectos fundamentales en este inicio de temporada: fiabilidad defensiva, intensidad y rapidez en el juego, activación de la presión tras la pérdida de balón y una posición para Messi más retrasada de lo normal. El ’10’ sigue siendo la clave del engranaje ofensivo y su entrenador se deshace en elogios hacia él: “No es solo el mejor jugador del mundo por los goles que hace, sino por las asistencias que regala. Es el mejor del mundo en cualquier aspecto ofensivo e incluso si se centra, en el defensivo. Esa es la versión perfecta de Messi porque nos ayuda en todas las facetas del juego y porque es un jugador desequilibrante. Hace cosas entrenando que no le he visto hacer nunca ni a Oliver y Benji ni en la PlayStation. Lo vemos cada día y parece que ya estamos acostumbrados, pero es un gusto y un privilegio tener al mejor del mundo en tu equipo”.
En el aspecto defensivo, el equipo se ha mostrado muy fiable y organizado, permitiendo pocas ocasiones de gol al contrario y dejando su portería a cero en los primeros partidos. La doctrina a seguir está clara: “Cuando no tenemos el balón, somos once defensas. Cuando lo tenemos, once atacantes. Estoy muy contento con la mejora global defensiva del equipo”. También ha contribuido en esa mejora la incorporación de Mathieu, el central que ha contado con mayor número de minutos: “Lo fichamos para que fuera un central que sumara toda su calidad a la que ya teníamos dentro del equipo. Es rápido, puede jugar también de lateral, buen físico y juego aéreo y reúne muchas condiciones que le hacen ser un jugador importante para nosotros”.
La fotografía de un equipo va cambiando a lo largo de la temporada. No es estática y varía en función de muchos factores. El proceso de evolución de este nuevo Barça deberá pasar de forma inexorable por una realidad más severa de la que se vive en la actualidad: “El elogio debilita y es un lema que me he impuesto y que cualquier deportista de élite sabe. Importa el presente. Ni somos tan buenos cuando ganamos ni vamos a ser muy malos cuando perdamos algún partido. Seguiremos siendo los mismos y con muchos aspectos a mejorar”.
* Marcos Castro.
– Foto: EFE
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