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"Entonces marcábamos goles, pero no nos daban trofeos por hacerlo". Telmo Zarra


Fútbol / Crónicas 2014-2015 / Italia

Presentación contundente de la Roma

por el 30 agosto, 2014 • 22:52

 

Empezó la italiana Serie A 2014/15 para dos de los equipos más fuertes del campeonato y que viajarán por competiciones europeas este año. Roma y Fiorentina, segundo contra cuarto el curso pasado, estrenaban su casillero de partidos enfrentándose en el Estadio Olímpico capitalino. Mientras que Vincenzo Montella presentaba un once bastante reconocible (solo dos caras nuevas respecto al año pasado: Brillante y Babacar, siendo este un jugador salido de la cantera viola); Rudi Garcia hacía debutar a varios de los nuevos fichajes: Manolas, Astori, Cole y el gran traspaso del mercado romanista: Juan Iturbe. Todo para solventar las bajas de Juan Guillermo Cuadrado (quien estaba sancionado y parece ser que se queda en Florencia) y Giuseppe Rossi, en los visitantes, y de Maicon, Castán y Strootman por lesión en los locales.

Rudi Garcia siguió apostando por el 4-3-3 que le ha solido acompañar en su aventura en Italia. Con De Sanctis bajo los palos, Torosidis y Cole en sus laterales naturales, Astori y Manolas (recién llegado de Olympiacos) como pareja de centrales, De Rossi como regista, Pjanic y Nainggolan de interiores, Iturbe por la banda derecha, Totti de delantero centro y Gervinho por la izquierda. Las ubicaciones de estos tres últimos no fueron siempre fijas, sino que fueron intercambiándose el puesto cada pocos minutos. Al final, salvo Iturbe como delantero de referencia, les vimos pasar por los tres puestos de ataque. Incluso Totti, haciendo de falso nueve, bajaba hasta campo propio a la hora de iniciar jugada.

Montella, en cambio, utilizó un 4-3-1-2 en el que Borja Valero hacía de enganche entre los tres medios (Vargas por la izquierda, Brillante por la derecha y Pizarro más retrasado), dejando ver un rombo en el centro del campo por detrás de Babacar y Mario Gómez. En zonas defensivas, se encontraba Neto en la portería, Tomovic de lateral deercho y Marcos Alonso en el izquierdo (ya de vuelta tras su cesión en el Sunderland), sumando a Savic y Gonzalo Rodríguez como centrales. Antes del descanso, el italo-australiano Joshua Brillante dejaría su puesto a Josip Ilicic.

El motivo de tal sustitución tempranera fue un cúmulo de circunstancias. La más importante fue el mal pase atrás del exjugador del Newcastle Jets australiano, que significó el contraataque del 1-0. Sin embargo, para entonces la Fiorentina estaba perdida sobre el césped del Olímpico. La Roma empezó a circular el balón como un corazón bombea sangre por el cuerpo, mientras que la Fiorentina esperaba con ocho o nueve jugadores por detrás del balón, según las ganas que tuviera Babacar de seguir corriendo. Cuando la pelota era visitante, el cronómetro no podía contar mucho. La alta presión de varios giallorossi, situados en 4-1-4-1 con Totti con más libertad, provocaba el robo. Sin embargo, más allá de disparos lejanos y una jugada de gran nivel exhibiendo rapidez y técnica que acabó con los dos centrales de la Fiore amonestados, la Roma no creaba peligro a Neto. Hasta que Brillante no midió bien su pase.

En ese momento apareció Radja Nainggolan, el centrocampista menos dotado para la creación, pero con una capacidad física que asusta. El belga robó, aceleró, metió un balón a la espalda de Tomovic y acompaño el fin de la jugada. Gervinho, que aunque sea el nueve referencia en muchas ocasiones no es un killer, disparó al cuerpo de Neto. Por suerte para el trabajo de Nainggolan, estaba en el punto exacto donde botó el rechaze del portero brasileño e hizo el primer gol de la temporada (1-0 28′). Montella tenía suficiente, y viendo que su barco zozobraba, puso en el campo a Ilicic para que hiciera de enganche y retrasó al costado derecho del rombo a Borja Valero. Aun así, el dominio fue absoluto por parte de la Roma, que además consiguió mantener un ritmo alto de pases al primer o segundo toque. La banda derecha, la que defendía Marcos Alonso, era el centro de operaciones, con la llegada de Pjanic, Totti e incluso Iturbe a donde se encontraba Torosidis. Para entonces, Gervinho ya era más veces delantero que extemo.

La segunda parte fue un partido nuevo. La entrada de Ilicic había dado más sentido al juego viola, y con Valero más cerca de Pizarro (a quien se añadiría minutos después Aquilani por Vargas) costaba más a la Roma recuperar. Además, Montella viró el timón y recolocó a su equipo con un 4-3-3 tras la entrada de Joaquín quien se puso en la banda izquierda, haciendo Ilicic de extremo derecho. La Roma imitó los movimientos del año pasado con marcador favorable y se acostó unos metros más atrás para aprovechar la velocidad de los delanteros. Y así, con la Fiore proponiendo y la Roma respondiendo, se vieron muchas más ocasiones.

Tras dos disparos desde fuera del área de Ilicic y Borja Valero, llegó el trabajo importante para De Sanctis. Primero, una falta directa botada por Ilicic que se estrelló en el larguero tras rozarla con la mano el guardameta italiano. Segundos después, el mismo jugador desbarató una aún mejor para la Fiore. Un pase de Vargas desde dentro del área y un disparo de Babacar en la frontal del área chica deberían haber supuesto el empate, pero el portero napolitano se volvió a hacer grande. Por su parte, la Roma, con dos ocasiones seguidas de Gervinho que juntaron sus características más representativas (conducción en velocidad y mala definición ante el portero), había podido apaciguar las ganas fiorentinas de buscar sumar puntos. Sin embargo, Neto igualó las acciones del otro portero del partido y alargó la emoción.

Rudi Garcia también tuvo capacidad de reacción, y viendo que la Fiorentina presentaba problemas, realizó los cambios casi seguidos. Seydou Keita debutó de mediocentro defensivo, Ljajic se situó en el costado izquierdo del ataque y Florenzi en el derecho. Al entrar Keita por un central como Manolas, fue De Rossi quien retrasó su posición al centro de la defensa. Finalmente, la Roma con estos cambios acabó jugando con 4-2-3-1, encontrándose Keita y Nainggolan por delante de la defensa, Pjanic de mediapunta, Florenzi por la banda derecha y Ljajic por la izquierda; dejando en punta a Gervinho. Resultó efectivo este planteamiento final porque una acción de recuperación en campo propio iniciada por Pjanic supuso el definitivo 2-0. Esta vez, Gervinho, tras ser asistido por el omnipresente Nainggolan, acertó en la definición y tras regatear a Neto, firmó el 2-0 (93′), rubricando así la primera victoria de una Roma que apunta alto. Por otro lado, para valorar a la Fiorentina, que mejoró en la segunda parte, deberemos esperar a la vuelta de Cuadrado y Rossi.

* Rafael Medel.





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