"Se llama genio a la capacidad de obtener la victoria cambiando y adaptándose al enemigo". Sun Tzu
El apellido Drago en Perú equivale a respirar fútbol por los cuatro costados. El patrón de la familia, Roberto Drago Burga, fue el primero de una estirpe que continuaron su hermano Carlos y posteriormente sus hijos Roberto, Miguel y Jaime. Además, su otro hermano Virgilio se dedicó al baloncesto con gran éxito. Nacido en Lima en 1925, Roberto Drago ha sido uno de los centrocampistas más importantes que ha dado el pais andino, excelente regateador y muy filigranero, rebosaba talento, imaginación y genialidad. Futbolísticamente fue conocido como Tito, diminutivo procedente de su nombre.
Comenzó su carrera en el Centro Iqueño, pero pronto se marchó al Deportivo Municipal para convertirse en una leyenda de la entidad, a la cual perteneció en tres etapas distintas durante su vida deportiva. Debutó en 1940 y formó junto con sus compañeros Guzman y Mosquera el trío conocido como los tres gatitos que dio grandes tardes de gloria al equipo. El primer título de liga lo consiguieron esa temporada al batir al Universitario por dos puntos de ventaja en la clasificación, mientras que el siguiente fue en el año 1943, cuando únicamente perdieron un encuentro y se impusieron al Alianza de Lima. Su nombre empezó a ser reconocido por toda Sudamérica y recibió diferentes ofertas hasta que aceptó la de Racing Club en 1946 y marchó hacia Argentina. La experiencia fue interesante y La Academia hizo un buen papel en la competición doméstica finalizando en tercera posición, pero Drago echaba de menos su tierra y regresó en 1947 para iniciar su segunda estancia en el Deportivo Municipal. Permaneció otros cuatro años en la disciplina del club edil y en 1950 conquistó su tercera y última liga al arrebatársela al Sport Boys por un sólo punto. En 1952 encaminó sus pasos a Colombia para vivir otra aventura fuera de su país en el Independiente de Medellín, pero el final del Dorado lo hizo regresar a los pocos meses al Muni, donde jugó durante doce años más en la recién iniciada era profesional antes de retirarse definitivamente de los terrenos de juego. En 1965 recibió un homenaje ante el Radnicki Nis yugoslavo e hizo entrega de su camiseta a otro referente del Deportivo Municipal y del equipo nacional, Hugo Sotil.
Con la selección peruana disputó un total de 30 encuentros anotando 9 goles a lo largo de ocho años como internacional. Debutó en 1948 en los Juegos Bolivarianos celebrados en su país, en los que Perú ganó la medalla de oro tras batir a Bolivia y Venezuela. Participó tres veces en la Copa América con un papel discreto en todas ellas. En 1953 Perú organizó el torneo y acabó quinto en la liguilla; en 1955 consiguió su mejor resultado con un tercer puesto tras Argentina y Chile; y en 1956 quedó último con un sólo punto tras empatar con Paraguay en el mejor torneo de Drago (marcó dos goles). Su espina clavada fue no poder acudir a los mundiales de Brasil (1950) y Suiza (1954) al no participar en ninguna de las fases de clasificación por motivos extradeportivos.
Ejerció como entrenador varios años en el Sport Boys, al que llevó al segundo lugar del campeonato en 1966, lo que le hizo participar en su primera Copa Libertadores un año más tarde (cayeron en la primera ronda). En 1981 abrió una academia de fútbol con su nombre para formar nuevos talentos peruanos. Pese a su avanzada edad aún la visita en alguna ocasión para ver la progresión de los chicos.
* Alberto Cosín.
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