Tensar y romper la lona

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Tensar y romper la lona

por GUILLERMO SANZ el 8 abril, 2014 • 17:13

Hace un tiempo estaba viendo un apasionante partido de tenis. El cielo estaba encapotado y tras la primera hora de partido empezó a llover. Se paró el partido y los tenistas se marcharon a los vestuarios. El responsable del torneo ordenó inmediatamente a los trabajadores de pista que cogiesen una lona de plástico y la estirasen por completo para cubrir todos los metros de la pista evitando así que la tierra batida se encharcase. Esos operarios ejecutaron su trabajo –poco reconocido por el público asistente– a la perfección, así que en cuanto cayó la última gota se pudo reanudar el partido. La habían estirado con delicadeza. La lona había ocupado el terreno en su totalidad, así que la pista estaba en perfectas condiciones.

Hace unos días se jugó un apasionante Fútbol Club Barcelona-Atlético de Madrid. La organización defensiva del equipo del Cholo Simeone es equiparable a la tan mencionada intensidad que ahoga al equipo contrario en un espacio reducido donde hasta el más habilidoso tiende a fallar. A errores en el control, en el pase, en la toma de decisión. Los del Manzanares saben que tienen que defender juntos entre ellos, porque si se alejan y dejan espacios son tan frágiles como cualquier otro equipo. Entonces, ¿cómo crear ocasiones a un equipo que se organiza con diez jugadores tan juntos entre sí? (1)

(1) Acumulación de jugadores por detrás del balón, protegiendo el centro. Leo Messi con Koke, Villa y Tiago.

Leo Messi decidió que debía salir de la maraña de colchoneros para jugar a fútbol, así que retrasó su posición, se acercó a Xavi Hernández, donde el de Rosario podía recibir el balón con más facilidad, pero con diez defensores por delante de él. Cuando Leo Messi superaba a Koke –cuando lo conseguía–, estaba Tiago en su ayuda, y para cuando el ’10’ quería soltar el balón ya estaba Diego Godín preparado para interceptar el pase. (1) Así que cuando terminaba la acción, o Leo Messi había perdido la pelota o seguía habiendo diez jugadores en un espacio muy cercano. Una muralla muy difícil de asaltar.

La solución no es concreta, sino complicada, y merece paciencia. Ahora no imaginen la organización defensiva del Atlético de Madrid como una fortaleza sólida y rocosa, sino como una lona dura cuando está plegada pero que es frágil cuando se tensa –piensen en un material parecido a un chicle–. ¿Qué harían para romper esa lona? Lo primero, estirarla. Para estirar e intentar crear espacios entre Miranda y Gabi, entre Tiago y Koke, los defensores tienen que sentirse amenazados por todos las zonas, y nunca se sintieron así. Los extremos del Barça jugaron por dentro, Andrés Iniesta lo hizo como centrocampista y Neymar, como delantero. Además, los laterales culés medían sus incorporaciones porque tenían miedo de perder la pelota y no poder llegar a recuperarla (2). Las bandas estaban desaprovechadas, así que la lona estaba plegada y compacta.

(2) De manera alternativa, Dani Alves y Jordi Alba van regulando sus incorporaciones al ataque.

Salió Alexis Sánchez y Neymar cambió de banda. La tan repetida lona se estiró –algo más–, pero para romperse, para convertirse en frágil, no solo necesita ser expandida sino tensada –que es lo más complicado–, y eso sobre el terreno de juego representa algo así como aprovechar que a Juanfran no le pueda ayudar Arda Turan en el uno contra uno porque está muy lejos, o que Dani Alves pueda recibir dentro del área porque ha superado a Filipe Luis y Godín está demasiado ocupado como para llegar a cubrirle (3).

(3) El Atlético de Madrid está estirado. Por un lado Alves sujeta a Filipe Luis, por el otro Juanfran está pendiente de Neymar. Se genera distancia entre centrales y laterales.

¿Qué propongo para tensar y romper la lona en la que se organiza el Atlético de Madrid? Lo primero es estirarla. Siempre tiene que haber un jugador en la banda –un extremo (Pedro o Alexis), un lateral, aunque es mejor que lleguen–, un interior o un punta–, pero alguien debe situarse pegado a la cal para incomodar y que exista la posibilidad del desplazamiento largo de izquierda a derecha o viceversa (Xavi Hernández para Dani Alves), que dé la sensación a los defensores que bascular a tiempo va a ser difícil. Lo segundo es tensarla. Por ejemplo: que el jugador que recibe en la banda pruebe el uno contra uno (Neymar), ya que si hay uno contra dos, la ventaja está en otro lado; que los interiores rompan (Cesc Fabregas) y se aproveche el espacio que el Atlético de Madrid ofrece entre lateral y central –de hecho, las dos mejores ocasiones del F. C. Barcelona fueron desmarques a este espacio (4)–; que la jugada empiece en un lado y termine en el otro. Que si se estira muy bien al final se rompe por el centro, aunque si digo la verdad, el Cholo Simeone es un experto en mantener la lona plegada y sólida.

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