"El éxito se mide por el número de ojos que brillan a tu alrededor". Benjamin Zander
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1.- Es difícil defender la labor de Moyes al frente del Manchester United. El entrenador escocés ha tenido la desdicha de no contar con la suerte que todo nuevo proyecto necesita en sus inicios, pero también es cierto que llegados a estas alturas de la temporada su equipo carece de cualquier faceta que invite al optimismo. Por ello resultó completamente sorpresivo que, con todo en contra, el exentrenador del Everton haya firmado lo que probablemente sea su planteamiento más inspirado desde que aterrizó en Old Trafford. Anoche, Moyes se agarró a una serie de recursos simples pero efectivos para sacar lo mejor de una generación de futbolistas que se niega a ver manchada su leyenda. Contra todo pronóstico, el Manchester United sigue vivo en la competición de clubes más importante del mundo. Su actuación fue más que emocionante.
2.- Como en cada partido que juega el Bayern de Guardiola, tenemos que empezar describiendo el comportamiento de su rival sin balón. Moyes paró a su equipo en un 4-4-2 asimétrico con Welbeck trabajando sobre la banda izquierda y Rooney taponando el carril central. El entrenador del United sabía que el primer paso para sobrevivir contra el actual campeón de Europa es evitar que los de Guardiola logren filtrar balones por el centro, y puso en manos de su mejor jugador la tarea de evitarlo. La decisión fue todo un acierto. Wayne no solo cumplió con creces, sino que se erigió como una de las figuras más importantes del encuentro. El ’10’ comenzó haciéndole un marcaje casi individual a Lahm en el círculo central, lo que sacó rápidamente al alemán del partido. Luego, cuando el Bayern, claramente incómodo, comenzó a rotar su gestor de juego, Rooney eligió muy bien cuándo presionar y cuándo aguantar la posición. Hay pocos jugadores en el mundo con más talento táctico que el genio de Croxteth. Su partido fue posicionalmente perfecto.
3.- Con el primer problema resuelto, a Moyes le quedaba resolver otra incógnita: las bandas. Consciente de que Buttner probablemente era el jugador más limitado sobre el terreno de juego, el escocés decidió protegerlo con todos los medios posibles. Como mencionamos antes, Welbeck trabajó constantemente sobre la banda izquierda con el objetivo de orientar la salida del Bayern hacia el otro costado. Si eso no funcionaba, Giggs, Carrick e incluso Rooney escoraban su posición hacia ese sector intentando evitar a toda costa que Robben quedara en posición de uno contra uno ante su marcador. El neerlandés pasa por el mejor estado de forma de su carrera, y anular su influencia sobre el partido parece una utopía. Pese a ello, el United logró limitar su actuación a unos cuantos chispazos a lo largo del encuentro. Otro gran mérito para los ingleses.
4.- Toda medida tan extrema tiene su contraprestación. La excesiva basculación del United sobre su banda izquierda dejaba el lado contrario excesivamente desprotegido. Kroos, tan inteligente como siempre, leyó la situación a la perfección y la explotó lo más que pudo con varios cambios de orientación. Fue bajo este contexto en el que Phil Jones se erigió como la figura más importante del partido. El inglés se las arregló para sobrevivir incontables veces a situaciones de total inferioridad contra lo que probablemente sea la banda izquierda más creativa de Europa. Mano a manos contra Ribéry, desmarques hacia dentro de Alaba. El inglés estaba en todas. Su interceptación, in extremis, de un balón filtrado del Bayern dentro del área que ya olía a gol puso en pie a Old Trafford. Con cualquier otro jugador ocupando el lateral derecho, el plan de Moyes nunca hubiera funcionado.
5.- Analizados todos los acertados ajustes de Moyes, queda hablar de la principal razón por la que el United no se fue con una derrota al descanso: Nemanja Vidic y Rio Ferdinand. Los dos veteranos recordaron a esa pareja de centrales que dominó gran parte de la década pasada. Cada vez que parecía que el Bayern por fin había logrado derribar todos los obstáculos de su rival, se encontraba con una pierna que mantenía la esperanza viva. Los dos centrales lo despejaron todo y le hicieron la vida imposible a un Müller que nunca pudo marcar verdaderas diferencias. El serbio incluso extendió su dominio de los balones aéreos al área contraria, elevándose sobre la defensa bávara para poner el 1-0 en el marcador. El partido lo había puesto en su contexto favorito y el capitán lo explotó al máximo.
6.- La razón por la que, llegados a este punto, apenas hemos hablado del Bayern es porque su actuación estuvo muy por debajo de lo que nos tiene acostumbrados. Guardiola, cauto como cada vez que juega de visitante en la Champions, ató demasiado la posición de Lahm al mediocentro. Esto limitó las posibles rotaciones en el centro del campo y le facilitó en gran parte la tarea al United, que taponó el carril central con suficiencia. Dentro de este problema cabe destacar la pobre actuación de Schweinsteiger. El vicecapitán estuvo excesivamente lento en la circulación y en la toma de decisiones. Como explicamos antes, el contexto se prestaba a desbordar al United mediante cambios de orientación, y el ’31’ nunca logró aportarle a su equipo la fluidez necesaria para aprovecharlo del todo. Si la lesión de Thiago generaba dudas sobre el futuro más próximo del equipo, ahora parece adquirir un carácter bastante preocupante.
7.- La cabeza de Guardiola seguramente generó mil soluciones durante todo el encuentro. Terminó decantándose por la más lógica de todas. Si existía un jugador en su plantilla capaz de hacerle frente a Ferdinand y Vidic en su contexto favorito, ese era Mario Mandzukic. Pep ya ha dicho varias veces que en el área no hay ningún delantero en el mundo mejor que el croata. Por ello no fue ninguna sorpresa cuando, nueve minutos después de ponerse por detrás en el marcador, el delantero ganó por arriba un balón colgado por Rafinha y Schweinsteiger empató el partido. Una vez más, los infinitos recursos activados por Guardiola a lo largo de la temporada daban sus frutos. ¿Hay algo a lo que el Bayern no pueda hacer frente?
y 8.- Con el partido empatado, Guardiola decidió ir a por el partido atacando la espalda de Carrick con la entrada de Götze. No pudo ser. Pese a la lesión de Buttner, los locales lograron mantener el tipo y se llevaron un más que meritorio empate que los deja vivos en la eliminatoria. Pase lo que pase en la vuelta, el United ya ha cumplido. Cuando todo el mundo pronosticaba goleadas históricas, los de Moyes mostraron una heroica lección de orgullo que seguro que sus aficionados tardaran mucho en olvidar. Gary Neville, en su cuenta de Twitter, resumió a la perfección la actuación de su equipo: “We’ll never die!”. Yo no me atrevería a llevarle la contraria.
* Ignacio Archondo.
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