"Todo lo que no está creciendo está muriendo. Crecer significa aprender y transformarte cada vez en una mejor versión de ti mismo". Imanol Ibarrondo
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1.- El resultado de un partido puede ser hijo de la casualidad y el de una temporada, fruto de una dinámica concreta. Pero nadie levantó una catedral chasqueando los dedos. El resultado de los grandes equipos, de los que verdaderamente son grandes y catedralicios, siempre ha llegado a partir de un camino, un recorrido, una organización, un proceso. Cuando desmontas dicho proceso, cuando desandas todo ese camino, es como si lanzaras una piqueta contra tu propia catedral.
2.- El Barça ha vivido su noche más bochornosa en muchos años y no precisamente porque haya perdido. En esos mismos años ha perdido otros partidos y lo ha hecho por más margen, sufriendo más e incluso dejándose títulos importantes en dichas caídas. La de Ámsterdam no es una derrota importante en el historial, sino inocua, pero posiblemente sea la más sangrante por todo lo que ha simbolizado, por el desconcierto que ha mostrado el equipo, la indolencia resurgida entre los jugadores y la visualización de la vulgarización.
3.- El Ajax es un equipo tierno (22 años de promedio) e inmaduro, cuya virtud principal consiste en recorrer sin dudas el camino que labró hace décadas. Ya hace quince años que no es un gran equipo, pero de vez en cuando saca una hornada de jóvenes descarados y vuelve a recordar los viejos buenos tiempos. Ese ha sido el caso de hoy: su salida al campo ha sido intensa, vibrante y lúcida, tres virtudes de las que ha carecido el Barça.
4.- El cuadro de De Boer no ha necesitado mucho para aplastar al líder español. La propia disposición del Barça, replegada y encogida, ha favorecido la tarea holandesa. Al Ajax le ha bastado con presionar arriba y ensuciar la salida de balón del Barça. Ese paso adelante, las líneas avanzadas y los hombres juntos han bastado para que los locales interpretaran exactamente lo que acostumbraba el Barça, que no ha sabido reconocerse en el otro lado del espejo.
5.- Dejarse dominar cuando tus interiores son Xavi e Iniesta y tus centrales Piqué y Mascherano no es buena idea. En el Barça que juega con la intención de dominar al contrario a partir del balón, agrediéndole con el cuero y el pase e instalado en campo rival, esos hombres resultan coherentes. En un Barça que se planta en campo propio, encerrado casi en la cueva, se produce una desconexión profunda entre objetivos e instrumentos. Si el Barça quiere ser otra cosa distinta a la que fue en su época más brillante, tendrá que emplear otros instrumentos. Porque si quieres ser otro sin cambiar nada, puedes acabar no siendo nadie.
6.- El Tata Martino y jugadores como Piqué y Xavi han explicado al final del encuentro que solo ha sido un problema de actitud e intensidad. Puede ser cierto que esa sea la única causa del problema. Pero además de ello, que ha sido evidente, también cabe pensar en aspectos mucho más estructurales y que no dependen de una derrota o una victoria. ¿Cuál es la definición concreta del juego de este Barça?
7.- El equipo actual no se distingue por sus movimientos colectivos, aquellos en los que cada pieza se mueve con una intencionalidad predeterminada y precisa. Tampoco lo ha sido en las excelentes victorias obtenidas este año, en las que se ha destacado siempre mucho más la individualidad (Valdés, Neymar, Messi, Alexis…) que la organización. En los primeros meses de Tito Vilanova, el conjunto viró hacia una verticalidad arriesgada. Después, todavía con él, y ahora con Martino, fue y es un equipo que juega a hacer jugadas.
8.- Los goles del Ajax le han dolido al Barça por el modo en que han llegado: como si el equipo del Ámsterdam se hubiera vestido de blaugrana. “Esto es un despelote”, se le ha visto decir a Piqué a la media hora de partido y la frase era un buen reflejo de la realidad. La lista de jugadores fuera de forma o aplastados por la realidad competitiva es enorme, pero posiblemente haya que atribuir buena parte de dicho mal rendimiento a la mencionada falta de actitud puntual. Es decir, eso tiene remedio.
9.- Sin embargo, perder la superioridad en el centro del campo, principal seña de identidad de este equipo, o diluir el juego de posición hasta convertirlo en un sucedáneo ridículo es bastante más trascendente. Porque ¿eso tiene remedio? Es decir, ¿tiene remedio en este momento de jerarquías inamovibles e indefinición ideológica? ¿A qué juega el Barça? Mejor dicho: ¿a qué quiere jugar? Entendiendo por jugar algo más que ganar.
y 10.- Porque si quiere jugar como otros va a necesitar las armas de otros.
– Foto: Miguel Ruiz (FC Barcelona)
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