"Volved a emprender veinte veces vuestra obra, pulidla sin cesar y volvedla a pulir". Nicolás Boileau
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El Borussia Dortmund se impuso por 3-1 al Napoli en un partido hermoso, sobre todo en la segunda parte, que fue un canto al fútbol de contragolpe, interpretado de maravilla por un Dortmund que aprovechó la ambición napolitana tras ir por detrás en el marcador para devastar al conjunto italiano bajo la batuta de un Mkhitaryan sublime en las transiciones.
Klöpp se inventó de nuevo una línea defensiva ante las bajas que asuelan al Dortmund en esa zona del campo. Grosskreutz está jugando como lateral derecho desde el inicio de temporada; el habitual mediocentro Sven Bender y Papasthopoulus formaron la pareja de centrales; Durm fue el lateral izquierdo; el veterano Kehl y Nuri Sahin formaron la pareja de mediocentros, con Kuba Blaszczykowski, Mkhitaryan y Reus formando la línea de tres por delante, dejando arriba a Robert Lewandowski, que firmó un partido memorable.
El Napoli formó de inicio con la línea de cuatro atrás habitual con Benítez, en esta ocasión con Maggio, Albiol, Federico Fernández y Armero. Prescindió de Inler y formó con Dzemaili y Behrami como mediocentros. Callejón, Pandev y Mertens formaron la línea de tres por delante, y arriba, Higuaín.
El primer tramo del partido estuvo marcado por la igualdad; solo una imprudencia de Federico Fernández, con agarrón continuo sobre Lewandowski a la salida de un córner, rompió el equilibrio inicial. Velasco Carballo señaló el penalti y Reus adelantó a los locales.
El Napoli reaccionó con gallardía y personalidad. Quiso el balón y tuvo fases de dominio, sin ocasiones muy claras pero llegando bastante al área de Weidenfeller; incluso Callejón envió un balón al palo en una acción en la que desbordó bien por su costado derecho a un Bender que sufría en las ayudas a sus laterales.
El Dortmund salía a la contra cada vez que podía, pero se encontró con un excepcional Pepe Reina, tanto en las acciones a balón parado –un lanzamiento de falta de Reus– como cuando tuvo que salir a tapar un uno contra uno –ante Robert Lewandowski–. Al descanso predominaba la sensación de equilibrio, pese que el marcador sonriera al conjunto borusser.
La segunda parte fue maravillosa. El Napoli quiso levantar el partido permanentemente y en ese escenario el Dortmund se encontró como pez en el agua para ejecutar sus habituales contragolpes, que terminaron por ser demoledores a pesar de los intentos de un soberbio Pepe Reina por evitarlos una y otra vez.
Gonzalo Higuaín tuvo el empate en sus botas en el minuto quince de la reanudación, pero Weidenfeller salvó los muebles tapando casi milagrosamente en su salida el remate del argentino. En la acción siguiente, Lewandowski dio continuidad una vez más a una transición de su equipo habilitando a Reus y su centro lo remató Blaszczykowski apuntillando a Pepe Reina, que instantes antes había realizado una gran intervención ante Mkhitaryan.
Benítez reaccionó y movió sus fichas: entró Inler por Dzemaili buscando más capacidad para mover el balón en el centro del campo e Insigne por Callejón para revitalizar la zona derecha del ataque del Napoli.
El contexto del partido ya no iba a cambiar y el Borussia estaba ante su escenario perfecto: un rival que le atacaba con decisión, ideal para explotar el vértigo que produce el equipo en el rival cuando se despliega en ataque. Ahí brilló especialmente el armenio Mkhitaryan. Estuvo magnífico en las conducciones de balón, acertado con los pases al hueco y muy preciso, algo que le falta a Reus en este inicio de temporada. Klöpp, sabedor de que su equipo iba a tener más ocasiones tal y como estaba el partido, dio entrada al reactor Aubameyang por Kuba.
El nivel de intensidad y el ritmo del partido también provocó errores. El primero fue de un jugador experimentado como Sebastian Kehl, que perdió un balón ante Behrami en la salida de balón desde atrás. Higuaín lo aprovechó para asistir a Insigne, que cruzó el balón ante Weidenfeller. El gol era justo premio para un Napoli que lo buscó siempre. El partido se apretaba en el marcador y era justo.
El segundo error lo cometió Pablo Armero. Una pérdida del lateral colombiano la aprovechó Lewandowski, que asistió al espacio sobre la carrera de un Aubameyang que batió a Reina en su salida. Instantes antes, el propio Reina había sacado un balón de gol con una mano prodigiosa al internacional gabonés.
Había entrado el delantero centro, ex de Estudiantes de la Plata, Duvan Zapata, en el Napoli por un buen Pandev, ausente Hamsík hoy, para jugar con dos puntas más puros en el tramo final. Klopp decidió blindar la zona derecha de la defensa local. Entró Piszczek, que viene de una lesión y ya jugó unos minutos ante el Bayern, por Reus y colocó a Grosskreutz por delante. La ventaja de dos goles en el marcador y sólo diez minutos por jugar fueron una losa muy pesada ya para el Napoli.
El penalti innecesario de Fernández sobre Lewandowski, transformado por Reus nada más comenzar el partido y la parada de Weidenfeller ante Higuaín que evitó el empate a uno obligaron a jugar al Napoli como más le beneficiaba al Dortmund. Eso no lo desaprovechó el equipo local, especialmente en un segundo tiempo en el que dio una exhibición de cómo se juega al contragolpe, para vencer con justicia en un partido extraordinario.
* Alberto López Frau es periodista.
– Foto: AP/dpa
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