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Santoral / Historias

Ernst Willimowski: el artillero polaco-germano

por el 16 septiembre, 2014 • 15:49

Uno de los mejores goleadores polacos de la historia que tomó la nacionalidad alemana como la mayoría de los habitantes de la Alta Silesia en 1939, después de la división de Polonia acordada entre Alemania y la URSS. Polidactílico (en su pie derecho tenía seis dedos), había hecho historia en el Mundial de 1938 marcando cuatro tantos a la selección brasileña en octavos de final. Además también practicó el balonmano y el hockey sobre hielo con bastante éxito. Nacido el 23 de junio de 1916 en Katowice (Alta Silesia, por entonces perteneciente al Imperio Alemán), fue un extraordinario delantero. Ágil, técnico, con un gran regate y un magnífico cambio de ritmo, tenía la portería contraria entre ceja y ceja. Su disparo con ambas piernas era demoledor y además destacaba por su oportunismo y astucia dentro del área. Se le conoció con el sobrenombre de Ezi.

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Empezó su carrera en las categorías inferiores del FC Katowice cuando contaba con 11 años. Allí permaneció hasta los 17 cuando recibió una oferta del Ruch Wielkie Hajduki (actual Ruch Chorzow) que aceptó. En el cuadro azulino se destapó como un genial goleador y ayudó a la conquista de varios campeonatos polacos en la década de los treinta. El primero llegó en 1934, cuando el Ruch superó en la clasificación al KS Cracovia por siete puntos, erigiéndose Willimowski como máximo goleador del torneo con 33 dianas.

Las dos siguientes campañas reafirmaron la hegemonía del equipo en el fútbol polaco con dos nuevos entorchados ligueros. El Pogon Lwow, en 1935, y el Wisla Cracovia, en 1936, sucumbieron al poderío del Ruch en el que además de Ezi militaban otros internacionales como Teodor Peterek, Edmund Giemsa, Gerard Wodarz, Jan Badura, Ewald Urban o Walter Brom. La pareja atacante Willimowski-Peterek fue clave en el rendimiento del Ruch, como se demostró en la liga de 1936, cuando ambos compartieron el trofeo de mejor artillero con 18 tantos cada uno. Ellos dos, junto a Wodarz, encandilaban en cada partido a los aficionados del conjunto de la Silesia, que les pusieron el apelativo de los Tres Reyes.

La campaña de 1937 se resolvió sin éxitos tras ocupar el tercer lugar en la liga, pero en 1938 regresaron a la senda del triunfo con un nuevo campeonato liguero, después de no dar opción al Warta Poznan ni al Wisla de Cracovia, segundo y tercero respectivamente. En 1939 Ezi vivió su última campaña en el Ruch. El equipo iba líder en la tabla liguera cuando se produjo la invasión nazi y se tuvo que suspender el campeonato. Willimowski entonces decidió dejar el conjunto azul y regresó por unos meses al club donde se inició, el FC Katowice. Para la historia dejó un bagaje de 86 partidos y 112 goles con el Ruch Wielkie Hajduki y un récord liguero de 10 goles anotados al Union Touring Lodz en 1939.

Con el estallido de la II Guerra Mundial, Willimowski tuvo que esconderse por un corto espacio de tiempo de los nazis hasta que se convirtió en oficial de policía para evitar el servicio militar y seguir jugando al fútbol. Su madre, sin embargo, sí fue detenida y deportada a Auschwitz, aunque Willimowski, con la ayuda de un piloto amigo suyo de la Luftwaffe, logró sacarla del campo poco después. Durante esta etapa el artillero firmó por el Chemnitz, en el que permaneció un par de temporadas hasta que en 1942 se marchó a jugar al 1860 Múnich.

Con los Leones conquistó la Copa de Alemania de 1942 (en la que marcó 14 goles), donde tras deshacerse de Rapid de Viena, Stuttgarter Kickers, SG SS Strasburgo, FV Stadt Dudelingen y TuS Lipine se plantaron en la final. Con sede en el estadio Olímpico de Berlín, el 1860 Múnich ganó por 2-0 al Schalke 04 de Szepan o Kuzorra gracias a los tantos de Ezi en el minuto 80 y Schmidhuber en el 88, consiguiendo así la primera copa de su historia.

En los años finales de la guerra Willimowski fue soldado de la Wehrmarcht y se enroló en las filas del LSV Molders, un equipo de fútbol del ejército que estaba destinado en Cracovia. Este hecho, junto con su debut en la selección alemana, irritó e indignó a sus excompatriotas, que lo consideraron un traidor de su patria. Tras la conclusión del conflicto bélico decidió establecerse en Alemania, donde jugó para el Chemnizt Oeste, Rapid Kassel, TSV Detmold, Ausburgo, Racing Estrasburgo, Offenburger (compatibilizando el cargo de entrenador-jugador), FC Singen 04, Kaiserslautern o Kehler FV, entidad en la que colgaría las botas en 1959 a los 43 años.

Con la selección polaca participó en 22 encuentros y marcó 21 goles. Debutó en un amistoso ante Dinamarca el 21 de mayo de 1934 en el que Polonia perdió por 4-2. Su primera diana no tardó mucho en llegar: marcó en su segundo choque como internacional, ante Suecia. Sin embargo, los suecos fueron muy superiores en el estadio Rasunda y se llevaron la victoria.

Los primeros encuentros de Ezi vistiendo la camiseta nacional se saldaron con varias derrotas y un par de empates, no llegando el primer triunfo hasta su octava internacionalidad. Fue en 1937, cuando los suecos devolvieron la visita a los polacos y cayeron derrotados por 3-1, el último gol obra de Willimowski. El Mundial de Francia estaba a la vuelta de la esquina y Polonia se preparó con otros duelos frente a Dinamarca, Suiza y Rumanía, logrando una victoria contra los daneses, un empate frente a los helvéticos y una derrota ante los rumanos.

A finales de 1937, Polonia quedó emparejada con Yugoslavia en la fase de clasificación para el mundial en una eliminatoria a doble partido. Willimowski era un fijo para el técnico Jozef Kaluza y disputó ambos choques. En la ida, los polacos de la mano de un genial Piatek, que marcó dos tantos, dejaron sentenciado el pase tras endosar un 4-0 a la selección plavi, teniendo Willimowski el honor de cerrar el marcador aquella tarde. En la vuelta, celebrada en Belgrado, los polacos aguantaron el arreón local de los primeros compases y con el discurrir de los minutos se vio que la remontada no era factible. Aun así, una diana del capitán Blagoje Marjanovic en la segunda parte dio el triunfo a los yugoslavos por la mínima.

Selección polaca (1938)

Selección polaca (1938)*

En la Copa del Mundo les tocó en suerte Brasil en su estreno. Los brasileños eran claros favoritos con sus rutilantes estrellas Leonidas, Peracio, Domingos o Zezé Procopio. El 5 de junio de 1938 saltaron ambas escuadras al terreno de juego del estadio de la Meinau, en Estrasburgo, donde protagonizarían uno de los mejores partidos de la historia de los mundiales. Leonidas adelantó a Brasil a los veinte minutos, pero instantes después Scherfke anotó de penalti. Antes de llegar al descanso, Romeu y Peracio colocaron un 1-3 muy favorable para los hombres de Ademar Pimenta. En la segunda parte se produjo el show de Willimowski. En los primeros quince minutos marcó dos tantos e igualó el partido, aunque la verdeamarela reaccionó con rapidez y por medio de Peracio puso el 3-4. Cuando todo hacía indicar una victoria de los brasileños, volvió a aparecer el ariete de Katowice para superar a Batatais en el minuto 89 y forzar la prórroga. En el tiempo extra los actores principales fueron las dos estrellas de cada equipo: Ezi por Polonia y Leonidas por Brasil. El brasileño perforó la red polaca en el minuto 93 y en el 104, situando el 4-6, y el polaco, pese al gran marcaje de Domingos, consiguió el cuarto de su cuenta en los instantes finales del partido. Cuando el colegiado sueco Eklind hizo sonar su silbato, los jugadores cayeron rendidos al suelo, al mismo tiempo que recibían una gran ovación de los más de 13.000 asistentes al encuentro. Polonia había tenido contra las cuerdas a Brasil, aunque acabó siendo doblegada por 5-6.

Después del Mundial, y con Willimowski en el campo, la selección polaca no volvió a conocer la victoria hasta agosto de 1939. Ni las buenas actuaciones de Ezi contra Yugoslavia o Bélgica, a los que marcó dos tantos, fueron suficientes para obtener un triunfo en dichos amistosos. La racha cambió en el que sería su último partido como internacional con Polonia. Tuvo lugar frente a Hungría en Varsovia y el delantero se despidió con un fantástico triplete que resultó clave para imponerse por 4-2.

En 1941 se estrenó con el equipo nacional alemán, en el que jugaría un total de 8 partidos logrando 13 goles.Debutó en Bucarest ante Rumanía marcando el primero y el último tanto del partido, a los 5 y 67 minutos de juego respectivamente. Los alemanes vencieron con claridad por 1-4 y Willimowski se convirtió en un habitual para Sepp Herberger.

El resto de compromisos que jugó con el equipo alemán se celebraon a lo largo de 1941 y 1942, en plena II Guerra Mundial. Cosecharon un empate contra Dinamarca y el resto fueron victorias. Ganaron con suma facilidad a conjuntos como Finlandia, Croacia, Suiza o Rumanía, y Willimowski demostró su puntería con enormes actuaciones. Entre las más destacables figuran el hat-trick a Finlandia en Helsinki, los cuatro goles a Suiza en Berna o el doblete contra Croacia en el Neckarstadion. Vistió la camiseta alemana por última vez en un partido contra Eslovaquia el 22 de noviembre de 1942.

Al final de su trayectoria deportiva montó un restaurante y trabajó en una fábrica. Además intentó visitar su localidad natal de Katowice, pero las autoridades polacas se lo denegaron. Incluso en el Mundial de 1974 que se celebró en Alemania Occidental pidió permiso para saludar a los integrantes de la selección de Polonia, pero la federación de aquel país se lo impidió. Falleció en Karlsruhe el 30 de agosto de 1997 a los 81 años.

* Alberto Cosín.




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