"Cada acto de aprendizaje consciente requiere la voluntad de sufrir una lesión en la propia autoestima". Thomas Szasz
Fútbol 2011-2012 / España / Liga BBVA 2011-2012
1.- A la media hora de partido, Iniesta abandonó la posición de hombre boya que venía ocupando en la zona frontal del área sportinguista. Habían sido 30 minutos de pinchar en hueso, con el interior pálido recibiendo de espaldas para abrir balones hacia pasillos exteriores. En ese minuto, Guardiola ordenó la permuta, Xavi se puso el antiguo 4 a la espalda y Keita pasó a ocupar la sorprendente posición de boya, interior centrado o como queramos definirla.
2.- Sorprendente posición porque ante semejante alud de defensores gijoneses como plantó Clemente, parecía contranatura que el entrenador del Barça añadiese más hombres por el pasillo central. Iniesta, en medio del embudo. ¿Y eso? Probablemente para atraer todos los rivales hacia ese mismo embudo y vaciar los exteriores. Con Iniesta no funcionó; con Keita, a los pocos minutos llegó el primer gol.
3.- Keita de boya distribuidor, apertura hacia fuera para el puñal Adriano y gol arrastrado de Iniesta, que pincha el autobús de Clemente. El técnico vasco había decidido jugar en sólo medio campo, sin delanteros: si acaso, con falsos mediocentros, pues más bien eran defensas por delante de los defensas, más el marcaje individual a Cesc, nada que no hicieran antes Hugo Sánchez, Marcelo Bielsa y tantos italianos venerables.
4.- Así que Guardiola sitúa a sus dos centrales sobre la línea del centro del campo y sube al resto arriba, con Keita de mediocentro, Iniesta pegado al eje central del área contraria, Fàbregas deambulando con su perseguidor, ajenos ambos al partido; y Xavi abriendo y cerrando puertas del laberinto, esperando encontrar la solución al enigma.
5.- El enigma lo resuelve el más opaco de los blaugrana: Seydou Keita, que utiliza la permuta táctica de Guardiola para combinar de primeras con el punzante Adriano, otro oscuro. Para que resuelva el más pálido de todos los rostros, el Messi de las sombras.
6.- Pinchado el autobús, la primera acción del segundo tiempo repara las ruedas del Sporting. Expulsado Piqué, gol de Barral, caldo de cultivo idóneo para el victimismo de la afición y la pérdida de rumbo del equipo. Ahí se ha comprobado un hecho interesante: el equipo de Guardiola quiere pelear por la Liga. Sabe que sus posibilidades reales son escasas, pero quiere seguir haciéndolo. En el minuto 50 de este partido tenía todo para quitarse las botas, calzarse las pantuflas, beber un vasito de leche caliente y decretar la rendición rodeado de guionistas blandiendo argumentarios.
7.- Y lo que decidió el equipo fue pelear con sus armas, esas que no gustan -legítimamente- a tanta gente: desde la ortodoxia de su modelo de juego. Balón al pie, tres defensas, extremos abiertos (Tello efervescente por un Pedro que no, que no, que todavía no) y Xavi e Iniesta viviendo entre líneas, ahí donde crujen espinazos: 3-3-3 para remontar. Juego de posición, balón y posesión. Masticar sin límite de paciencia.
8.- Con la fe del carbonero, este Barça menguado, huérfano de su gran estrella, ha rebanado hojas de la cebolla de Clemente como quien golpea una roca con la mano, pero conoce los secretos ancestros de la gota malaya. Gota a gota hasta que ha partido la roca. Por la vía menos pronosticable: la del zurdazo dulce y combado de un Keita llegando de interior diestro. Ironía de un zurdo discreto y silencioso, saco de todos los golpes de la aristocracia mediática, futbolista que jamás desprecia ni siquiera dos minutos de juego.
9.- Pese a la eficacia en las acciones de Keita, el jugador más ensalzado por Guardiola, orgulloso de la fidelidad inquebrantable del maliense, el equipo ha notado la ausencia de Busquets. La de Messi, por supuesto, pero esa baja no hace falta adjetivarla. La de Busquets es de un cuajo mayúsculo, pues se ha convertido en el timón suave que maneja la barca.
10.- Esos 40 minutos en inferioridad han dejado tres respuestas: la afición prefiere animar a su equipo en la dificultad que envenenarse fácilmente con la cicuta arbitral (en los medios ocurre al revés); el Pep Team confirma que no se rendirá hasta que el telón haya caído y levantado todo el polvo de la platea; y la pareja Xavi-Iniesta es imparable si se sitúa en tres cuartos y cuenta con una referencia de apoyo (Alexis, otro al que se echará en falta de verdad).
y 11.- Una mariposa revoloteando entre elefantes. El genio de la lámpara, liberado de corsés y ataduras, abriendo pasillos inexistentes en espacios aún por construir. De prodigio en prodigio. El Tintín de Albacete (mirad la cresta en la foto). El Messi de las sombras. Rostro Pálido.
– Fotos: EFE – Álex Caparrós (FC Barcelona)
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