España / Liga BBVA 2015-2016 / Fútbol
El Camp Nou se puso en pie para rendir pleitesía a un jugador que, si bien nunca ha sido parte de la plantilla del Barça, entiende su mismo idioma futbolístico, entiende que el juego debe tener una parte estética y el gusto por el balón es esencial por una máxima que citaba Johan Cruyff muy a menudo: “Si tú tienes el balón, el otro no lo tiene”. Una cita simple, pero que como explicaba el holandés, aún tenía mucha actualidad porque “todavía se juega con un balón”. Ese hombre al que ovacionaba la grada del estadio del Barça era Juan Carlos Valerón, un hombre sencillo, humilde, un mago con el balón en los pies y, sobre todo un jugador más que un futbolista, de esos que realmente juegan cuando están sobre el césped.
Valerón no solo recibe ovaciones en el Camp Nou, difícil es ver un campo en España que no le rinda tributo sabiendo que sus días de corto están cerca de acabarse y cualquier partido puede ser el último que vean en directo a ese genio. El canario no fue el único que salió ovacionado de campo rival esta jornada. En El Molinón también ovacionaron a Joaquín, otro de esos futbolistas carismáticos que divierten al espectador con su buen hacer con el balón en los pies, sean del equipo que sean los aficionados. Sin embargo, Valerón en el Camp Nou, además de ser ovacionado, fue una efeméride en sí mismo. El centrocampista se situó como el jugador de primera división con más edad de los futbolistas en activo. Lo hizo con 40 años y con la camiseta del club de su vida: la UD Las Palmas.
El canario está lejos de alcanzar cualquier récord de longevidad sobre un campo de fútbol español, ya que el entrenador inglés Harry Lowe en los años 30 tuvo que vestirse de corto para completar un once de la Real Sociedad (Donostia Football Club en la época) con nada menos que 48 años. Fue solo partido, suficiente para hacer historia en la liga. Sin embargo, su mérito es volver a demostrar que superados los 40 años todavía se puede jugar en primera división, algo al alcance de solo seis jugadores, y tres de ellos eran guardametas: el citado Harry Lowe, Ricardo López, Amadeo Carboni, César Sánchez y dos excompañeros de Valerón en el Deportivo: Donato y Songo’o. Curiosamente el próximo que puede alcanzar ese grupo es otro canario en el Deportivo, su mejor amigo sobre el césped: Manuel Pablo, que en enero superará los 40 y en principio seguirá en activo hasta junio.
Las diferencias físicas entre Manuel Pablo y Valerón son evidentes. El primero, pese a tener una lesión a los 25 años que pudo apartarle de los terrenos de juego, ha demostrado durante su carrera ser un superdotado físicamente; en cambio, Valerón nunca ha destacado por ser un superatleta, más bien siempre ha parecido un jugador débil, pero sus cuidados físicos le han llevado a una carrera longeva que ha superado incluso varias graves lesiones. Curiosamente, el Deportivo de La Coruña, equipo donde coincidieron ambos, parece ser amante de este tipo de efemérides y cuenta en sus filas con Albert Lopo, un central que pese a contar con solo 35 años puede convertirse, si se mantiene dos años más en primera división, en el futbolista con más temporadas en la historia de la liga, algo bastante factible viendo los precedentes en el conjunto gallego. Lopo suma 18 campañas suma en la máxima categoría y, por supuesto, ha sido compañero de Manuel Pablo y Valerón.
En pleno 2015, cuando se valora más que nunca la juventud y futbolistas adolescentes rompen récords de precocidad de épocas muy lejanas, donde vemos que el máximo goleador de la historia de la liga apenas supera los 28 años y donde tener al más joven te genera un alto seguimiento mediático, la afición continúa honrando al viejo mago, Valerón; al artista veterano, Joaquín (segundo jugador en activo con más partidos en la Liga BBVA por detrás de Lopo); al lateral de recorrido interminable, Manuel Pablo; y al joven viejo, Lopo. Todos ellos protagonistas del principio de siglo, efemérides en pantalón corto y ovación en campo ajeno. A Lopo, el menos mago, el menos reconocido, el menos mediático, todavía se le debe una ovación. El Camp Nou no se la dará por las ideas de Cruyff y un pasado espanyolista, sin embargo, quizás no lo sepan muchas aficiones, pero puede que estén delante de un futbolista histórico, un obrero del césped. Un hombre al que se le debe una ovación.
* Iñaki García.
– Foto: EFE
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