"El éxito se mide por el número de ojos que brillan a tu alrededor". Benjamin Zander
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1.- Al final fue tan fácil como parecía inmediatamente después de leer de las manos de McManaman el nombre del Galatasaray como rival del Real Madrid. Un año más, el sorteo de cuartos de final es benévolo con el Madrid de Mourinho y otra vez acaba con la eliminatoria en la primera embestida, como ya pasara con Tottenham y APOEL. El Real Madrid ya huele a semifinales y ni el infierno de Estambul podrá evitarlo.
2.- Dijo Cristiano que el Galatasaray ataca mucho, lo cual beneficiaba los intereses merengues. No se equivocaba ni en una letra. El Madrid fue mejor, tuvo siempre el partido a su gusto y creó ocasiones contra una defensa escasa de efectivos y de contundencia, que pecó dejando respirar a Özil y pagó un duro castigo por ello. La diferencia pudo ser más definitiva si el Real Madrid hubiera mantenido la malicia con la que comenzó el partido. Hasta diría que en ese sentido le vino mal marcar tan pronto el segundo gol. Desde el minuto 30, el Madrid perdió la inercia y prefirió conservar la distancia ya conseguida, algo legítimo en una eliminatoria en la que un gol en contra en casa penaliza enormemente.
3.- El resultado es duro para el Galatasaray aunque en ningún caso se puede hablar de un resultado justo por lo visto sobre el campo, pero sí es revelador de las carencias del equipo. Si el Galatasaray domina y se siente cómodo en el partido, su defensa no sufre y sus delanteros disfrutan. Hoy dominó, al Madrid no le interesa en exceso tener la posesión del balón, pero ello no significa que el otro equipo pueda estar a gusto. Terim fue valiente, quiso que sus hombres atacaran, que generaran ocasiones en el marco contrario, y lo consiguió sin acierto.
4.- El error lo cometió en su centro del campo. Colocó a Sneijder como interior zurdo con tendencia a irse hacia el centro. A la derecha tenía a Altintop y en el centro a Inan. A todos ellos trataba de ayudarlos Felipe Melo, pivote delante de la defensa, que una vez se incorporaba al ataque se olvidaba de regresar a sus tareas defensivas. Así liberó a Özil para que el alemán se inventase el 1-0. Su parsimonia en la transición defensiva permitió a Alonso encontrar a Özil. Después, pared con Benzema y asistencia para gol de Cristiano. La definición del portugués fue pura elegancia.
5.- Hasta ese minuto diez de partido, Cristiano estaba más bien escondido, agazapado entre la maleza esperando un descuido de su presa para salir a cazar. Mientras el luso se preparaba, Di María ya estaba con los nervios a flor de piel. La hiperactividad del argentino fue clave para oxigenar al Madrid en la salida rápida del cuero y para asustar inicialmente a la defensa turca. Esta noche el Bernabéu volvió a ver al Di María de siempre, ese que recibe, recorta, encara, regatea y que es realmente útil a la labor del equipo. Le faltó precisión, le sobró voluntad.
6.- Drogba era la prueba de la defensa madridista, el test que tenían que superar para demostrar estar capacitada para una empresa como ganar la Champions. Es evidente que no es el Drogba del Chelsea, ese que él solo llevó la Orejona a Londres desde Múnich. Aun así siempre es sinónimo de peligro. El Galatasaray lo buscó recurrentemente como vía de escape continua al juego y fue él el que originó las mejores ocasiones visitantes. El Drogba de las grandes noches se hubiera ido del Bernabéu con un gol y una sonrisa. El de hoy se fue cabizbajo pero se llevó consigo el miedo de la parroquia madridista, temerosa con cada balón que le llovía, porque ese podía ser el que diera vida al rival.
7.- Era la prueba para la defensa y, sobre todo, para Varane. El francés había superado en sus enfrentamientos al ataque del Barça y a Robin van Persie. Esta vez le tocaba un toro bravo, un portento físico casi imposible de repeler. Su nota en el examen se comprueba en que Varane aportaba más seguridad y temple incluso que Sergio Ramos cuando había que toparse con Drogba. Mientras tanto, Pepe sufría en el banquillo.
8.- La presencia de Essien en el lateral fue sorprendente. No porque jugara de lateral, posición que ha ocupado en varios partidos esta temporada, sino porque lo hiciera por un Arbeloa en plenas condiciones físicas. Mourinho probablemente pensó que el ghanés estaba más capacitado para tapar a Sneijder cuando el holandés hiciera las diagonales hacia dentro desde la izquierda. Sin embargo, la intrascendencia del ex interista en la única parte que jugó le restó trascendencia a la permuta madridista en el carril diestro. Fue Essien el que colgó el balón al corazón del área para la carrera de Cristiano, que se internó como un galgo que persigue al conejo. No llegó al balón, que cayó al pie derecho de Benzema, rápido y hábil para colocarlo en la base del poste y poner el 2-0.
9.- Tres golpes del Real Madrid y dos goles noquearon al Galatasaray, descompuesto en el primer tiempo. Seis atacaban y cinco defendían. Terim no es de los que se fijan en el nombre a la hora de hacer una sustitución clave. No dudó en que la solución al problema podía ser sacar a Sneijder y lo hizo. Metió en su puesto a un defensa, Gokhan Zan, para formar un 3-5-2. Así, cinco atacaban y seis defendían. Cerró el grifo que tenía en defensa en pos de evitar la goleada, perjudicando a su ataque. Siguió creando ocasiones, pero daba menos sensación de peligro.
10.- Puede que fuera el recuerdo del cómodo 2-0 que tenía el Madrid a la media hora contra el Bayern el año pasado y cómo Robben empataba la eliminatoria, pero el Madrid se frenó. Cuando recuperaban el balón después del minuto 30, el objetivo directo no era la portería de Muslera, sino hacer correr al Galatasaray, hacer correr el cronómetro. El cambio de Terim también influyó, sin duda. Había más hombres y, por ende, menos espacios. Di María acabó por desaparecer, así como Benzema. Mientras, Özil y Cristiano no podían sólo con la ayuda de Alonso.
11.- La entrada de Higuaín por Benzema cambiaba poco la idea, que se basaba en seguir dejando pasar los minutos mientras que buscaba un balón en profundidad que matara el partido, y la eliminatoria. Al Pipa le pusieron varias a la carrera, pero siempre llegaba después que el defensor turco. Tuvo que ir Alonso a ponérsela en la cabeza con escuadra y cartabón para que el argentino mandara la pelota hacia donde no podía llegar nunca Muslera.
12.- Era el momento perfecto para empezar a limpiar tarjetas para semifinales. Con 3-0 en el marcador, tanto Xabi como Ramos podían forzar su tercera amarilla para perderse la vuelta en Estambul. Pero claro, tenían que disimular porque en el último precedente la UEFA los pilló y los castigó. El vasco protestó y el andaluz desplazó el balón. Actuación perfecta y desde ya los dos esperan el sorteo de semifinales.
y 13.- A pesar de todo, el último instante se hizo eterno en el Bernabéu. Mientras el capitán blanco se ganaba su amarilla querida, el público veía cómo Drogba plantaba el balón a pocos pasos de la frontal. Lo colocó con mimo y se erigió con seguridad en la cara, con la mira en la escuadra izquierda de Diego López. El partido estaba sentenciado, así como la eliminatoria, pero si Drogba la metía… El árbitro pitó, Drogba comenzaba su carrerilla y el público temblaba. Al final, Essien metió la cara y el aficionado blanco pudo enfilar los vomitorios con una sonrisa plena. El Madrid ya está casi en semis, otra vez.
* Jesús Garrido es periodista.
– Foto: Claudio Álvarez (El País)
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